El inicio de lo hermoso

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Hace mucho tiempo, en un jardín donde crecían plantas y árboles, donde el aire era puro y el agua cristalina, creció una hermosa flor. Esta flor era de colores tan bellos que nunca nadie había visto, un color mágico que ninguna otra flor tenía.

Aquella flor tomó la silueta de una bella mujer y buscó por el jardín a otras flores como ella, otras flores que hablaran y se movieran con libertad, pero no encontró ninguna. Fue en ese momento cuando pensó que encontraría a alguien afuera del jardín.

Una gran reja marcaba los límites del jardín. Fuera de él todo era distinto, los arboles estaban talados, las aguas eran negras y toxicas y la tierra, hace mucho, había perecido. La flor se animó y salió del jardín, cruzando las puertas de este, sin saber que ese sería su fin...

Ella recorrió día tras día, noche tras noche, mes tras mes, pero nunca encontró nada. Cuando trató de volver no encontraba el camino por el que había pasado y así siguió vagando hasta que aquella flor se dio por vencida y cayó con su último aliento en aquellas abandonadas tierras.

Pero, de su cuerpo, la vida que había salido de aquella flor hizo que la tierra volviera a vivir, que volvieran a crecer árboles y flores y que así se formara otro jardín como el que ella había dejado atrás.

De este jardín volvió a florecer una hermosa flor de un color que nadie en el mundo había visto. Tomó la forma de una bella mujer y como su anterior, buscó a alguien como ella en el jardín y sin tener buenos resultados, a esta flor se le ocurrió salir afuera del jardín y ver si ahí encontraba a alguien como ella.

Su final fue el mismo que el de la primera flor. Ella murió y de su cuerpo, un nuevo jardín nació y así la historia se repite hasta que aquellas tierras áridas y muertas quedaron tapadas con praderas, árboles y flores, Aquellas negras y tóxicas aguas, ahora eran puras y cristalinas.

Aquellos jardines habían votado sus rejas y se habían unido. De cada jardín formado volvió a crecer una flor, pero esta vez acompañada. A su lado, una flor de color azul brotó. Esta tomó la forma de un hombre y la flor del hermoso color, la de una mujer.

El deseo de la primera flor por fin se cumplía. No se cumplí en ella, pero sí en las nuevas flores que empezaban a florecer. Una nueva vida de un viejo deseo de felicidad.


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