día del café

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 Era la hora acordada, el café se enfriaba en la mesa y ella todavía no aparecía. La puerta del café se abre y una hermosa silueta se dibuja ante mis ojos. Charlamos un rato, compartimos nuestro amor, aquel que tenía que permanecer en secreto, ella, una mujer casada con un hombre que no la apreciaba y yo casado con una mujer que ya no podía amar.

 El café se empezaba a acabar, pero la conversación tenía para varias horas más, nuestro amor tenía para toda la vida. La tarde oscurecía y nuestros cuerpos ya pedían el calor del otro, sabiendo que si llegaban a ese punto nunca podríamos volver a nuestras vidas.

 La cafetería comenzaba a cerrar, las luces del local se apagaban y un mozo nos pedía salir. Salimos a la calle, en ella corría un viento frío, nos despedimos, nuestras almas tenían que separarse. Ella se alejaba calle abajo, me acomodé el abrigo y me fui esperando que otra vez fuera el día de ir al café.

relatos brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora