En blanco

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Es tarde. Las luces de las calles han comenzado a encenderse y las ventanas de las casas comienzan a cerrarse indicando la hora de dormir. Sin embargo, no puedo conciliar el sueño. Mi mente está inmersa en tantos pensamientos que al final siento que estoy en un simple y blanco vacío. No quiero hacer nada que me saque de este perfecta o casi perfecta sensación.

Ya no pienso en nada. Apoyo mis codas en la mesa y mi mentón sobre mis manos. Solo quiero, en estos momentos, una taza de café.

No entiendo el porqué de esto, pero al llenar mi cabeza de pensamientos y que todos se volvieran un vació blanco en mi, solo quedó en pie una cosa, y eso es el querer una taza de café.

Siento en mi boca el gusto amargo del café recién preparado. El calor al tocar la taza y cuando pasa por mi boca, entrando a los rincones mas inhóspitos de mi propio ser,

Aunque es tarde y no quiero romper este momento, debo caer ante deseo y sentir en mi cuerpo aquella taza de café que me pide. Me levanto de mi asiento y miro por la ventana a la calle. Creo que hace frío afuera, pero eso no me importa, en mi mente solo está  aquella taza de café que pronto llegará a mi boca.

relatos brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora