03 |Capitán|

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Su cómoda cama abrazaba su anatomía para que no se separe de ella, o así lo sentía. Intentó cerrar sus ojos, pensando en que _____ de 8 años hubiera gritado si supiera que su yo de 26 años se levantaba un sábado a las 6 a.m. para hacer ejercicio, pero una llamada de su hermano de otra madre la sacó de su ensoñación.

- Sam, me retiré hace ya un par de años, no me obligues a ir a correr más. Es sábado, la cafetería abre a las 8 los fines de semana.- habló una vez aceptó la llamada telefónica. Su voz aun sonaba como si estuviera hablando entre sueños.

- Mueve tu trasero hasta aquí, no podrás recuperar el sueño donde Harry Styles es tu esposo.- respondió él mientras corría al rededor del lago Constitution Gardens.

- No, no, era Jhonny Deep. Así que tendrás que comprarme una pizza como ofrenda para conseguir mi perdón.- se levantó de la cama y empezó a ponerse las zapatillas. Había dormido con su ropa de deporte para no tener que cambiarse por la mañana y poder dormir más.- Es uno de esos sueños que no tienes siempre.

- Bueno, créeme que lo valdrá. No estoy solo y tengo cosas que contarte.

- Sam Wilson, no me interesa escuchar sobre cómo ligaste a una chica durante los días que no contestaste mis llamadas.- puso su celular al costado de su lavabo y en altavoz para permitirse ordenar su cabello y amarrárselo en una coleta.- Pensándolo bien, sí quiero escucharlo, el chisme me puede.

- No se trata de eso, ven y lo sabrás.- animó antes de cortar la llamada.

La chica suspiró y sonrió mientras buscaba sus llaves. Salió con una manzana en la boca y ganas de volver a su cama, pero apenas empezó a trotar hacia el gran parque al frente de su edificio, todo su cuerpo recordó los años de entrenamiento y las misiones realizadas en el ejercito. Todos los fines de semana se repetía esa rutina, se quejaba por despertar temprano, pero al salir sus extremidades ansiaban realizar la mayor actividad física que fuera posible. Sin duda aun no se acostumbraba a llevar un estilo de vida tan tranquilo.

- Llegaste más rápido de lo que creí.- la saludó Sam con un abrazo, a pesar de que estaba sudado.

- Sí, bueno, sonaba interesante, preséntame a la rubia que embarazaste.

- No hay ninguna rubia embara-¡Capitán, aquí!.- llamó el chico a alguien quien corría al rededor del lago.

- No hay rubia pero hay rubio.- susurró ____ para si.

Bien, no sabía qué hacer. La habían preparado, entrenado, moldeado tal vez para hacer muchas cosas, demasiadas. Pero, se habían olvidado enseñarle cómo reaccionar si tenía a uno de sus ídolos frente suyo.

- Ella es a quien quería presentarte.- señaló a la chica.- Es _____, mi hermana.

- Ehh.- el Capitán se quedó unos segundos sin saber qué decir, en realidad ambos no se parecían en absolutamente nada.

- No hermana de sangre, nos conocemos desde hace mucho tiempo.- explicó la chica al ver la confusión en el rostro del rubio.- Soy ____ Holmes.- extendió su mano a forma de saludo.

- Como el detective de los libros.- dijo con una sonrisa.

- ¡Siempre pasa!.- se burló Sam.

- Sam me comentó que si se necesitaba a alguien para rastrear a una persona en esta ciudad, esa debías de ser tú.-comentó Steve.

- Cualquier persona que entre por la puerta de aquella cafetería, sí.- señaló su negocio, aunque el rubio no entendía.- Ya te tenía fichado a ti, eh.

- ¿A mi?

-Café americano y un croissant con queso derretido extra de desayuno. Junto a el buen libro de Eric Hobsbawm titulado "Historia del siglo XX". Siempre desayunas entre las 6 y 7, porque haces trote desde las 4:30 a.m; además, que no sabes cocinar ni un simple desayuno, pero disfrutas demasiado el desayuno de "Baker Street", aunque claro, cualquiera se alegraría con cualquier cosa que no fuera comida militar.

Good-Old fashioned lover boy [Bucky Barnes y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora