|20. Buen amante a la antigua|

946 91 17
                                    


La noche anterior, él le había hecho el amor sin importarle que su mejor amigo estuviese en su antigua habitación. Él entendería, o en el mejor de los casos, estaba dormido. Sería hipócrita de su parte decir que pensó mucho en él. La verdad, solo le importó elegir el mejor disco de vinilo para acompañar su amor, y el disfrute de su amada.

Por esa mujer, no le importaba nada más. Solo ellos y aquel acogedor departamento donde sabía que podía estar a salvó y curar todas sus heridas del pasado. Tal vez era consciente de que en aquellas paredes protectoras y entre aquellos firmes brazos femeninos, nunca más se vería en la necesidad de huir. Pues huir significaría alejarse de la mujer que amaba y perder la forma única en la que ella sabía quererlo. Y, honestamente, él prefería la muerte antes que renunciar a ella.

____ se levantó antes que Bucky. Su cabello despeinado y enredado fue el perfecto recordatorio de que él dormitaba a su lado. Adoró el olor de su cuerpo y enterró sus dedos en la cabellera de su pareja, queriendo inmortalizar lo que significaba que ambos estuvieran en casa al fin. Decidió dejarlo descansar y se metió a la ducha.

Recordó la ocasión en la cual el Capitán América le había pedido que le avisara si veía a alguien como el soldado del invierno. La descripción había sido más que suficiente
para que ella lo relacionara con el hombre a quien le había ofrecido un café gratis en una ocasión. Sin embargo, se alegraba de haber "traicionado" a su héroe favorito para salvar a aquel hombre, quien por entonces parecía desconocer hasta su propia esencia. Ahora se proyectaba como alguien con una autoconcepción más clara, pues su personalidad fuera del control mental se desarrolló rápidamente.

Aún así, Holmes se preguntaba si el Bucky que amaba era genuino al que había sido compañero de Steve Rogers en la Segunda guerra Mundial, o si era más bien alguien que se había reconstruido al ritmo de complacerla. El agua caliente que recorrió su espalda le hizo olvidar sus dudas.

— ¿Encanto? —escuchó suaves toques en la puerta del baño. 

— Ahora salgo— avisó mientras cerraba la llave. Pero no le molestó en absoluto que Barnes abriese la puerta. Él le ayudó a envolver su cuerpo en su bata calentita y le extendió otra toalla para su cabello— ¿Dormiste bien? 

— A tu lado las pesadillas se extinguen— tomó su mano para besar delicadamente su piel.— Te amo, ____, que privilegio dormir y despertar a tu lado. 

Ella terminó de enrollar su cabello en la toalla antes de tomar el rostro de su novio en sus manos para acariciarlo. Abrió la boca para decir algo, pero las palabras con las que quería expresarle sus sentimientos eran inexistentes. No le alcanzarían las palabras para explicarle lo que sentía por él. Inefable. Bucky sonrió al darse cuenta de que ella no sabía que decirle, por lo que la besó para comprobar si su cercanía podía ser digna de comparación con sus sentimientos. 

— Steve nos preparó desayuno— informó Buck con la voz calmada, no quería alterar a su novia. Debió de haberle informado la noche anterior de que su amigo se encontraba ahí.

— ¿Está aquí?— se avergonzó. Anoche había disfrutado de su pareja sin ataduras, no pudo evitar pensar que él la había escuchado. Definitivamente los había escuchado—. Debiste de habérmelo dicho. 

— Lo sé, es tu casa, necesitaba tu permiso. 

— No lo digo por eso, también es tu casa, y él tu mejor amigo. No me molesta que se esconda acá. —acarició el brazo del contrario— Pero anoche... 

— ¿Te avergüenza como hice que gritaras mi nombre?—la provocó susurrando en su oído— Encanto, no me importa lo que piense Steve sobre ello, fue música para mis oídos. ¿Me vas a decir que, aun si te hubiese dicho, podrías haber contenido todas las veces que gemiste mi nombre? 

Good-Old fashioned lover boy [Bucky Barnes y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora