41. Kyubi, Naruto

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Me amarro el cabello en una cola mientras salto de  nuestro lugar hasta el campo de batalla, en donde las bestias más salvajes se situaban detrás de los ninjas. Mi corazón se estremecía de ver a Madara parado en una roca con su pie sobre un pobre ninja muerto. 

Era una situación peligrosa, todos los ninjas escapan de en medio y solo puedo ver a Garaa frente a Shukaku. El humo se levantaba, Madara se tira sobre él pero la bestia se defiende por si misma. Todas peleaban unidas, y verlas tan sincronizadas hacían que los humanos quedáramos como idiotas. 

Gara y Shukaku lo sellaron dentro de una piramide, pero tan solo por unos segundos, puesto a que utilizo su Susana para protegerse y saltar lejos.  

A pesar de que todos atacaron al mismo tiempo no lo habían podido detenerlo, solo lo habían herido. Cuando un Zetsu blanco aparece, Madara le corta un brazo para pegarlo a su propio cuerpo. 

-¡Con esto nos vamos a divertir mucho! - dice mientras abre sus ojo y un Rinnegan aparece. Se ríe burlonamente mientras lame su propia sangre y se gloria de tener su cuerpo de vuelta. Probablemente ninguno de nosotros podría ganarle puesto a que hacia falta estar loco de remate y dispuesto a morir por completo para poder ganarle a semejante Shinobi. Miro al resto, como cucarachas escondiéndose de la luz, pero no podía culparlos.  

Madara jugaba con el cuerpo de óbito,  estaba a punto de sellar las bestias de nuevo y había sacado la estatua demoniaca, Naruto parecía no saberlo. 

-¡Naruto! - digo hablando directo a su cabeza, sus ojos me miran asustados a la distancia - Madara uso el Rinne Tensei con Obito. 

-¡Así que obito! - Naruto me mira 

-Esta intentando retener el otro ojo Rinnegan - digo 

Mis ojos se elevan al cielo, el tiempo parecía ir y venir lentamente, mientras Madara lanza unos rayos que debilitan a las bestias.  La alianza temblaba y mi corazón latía fuerte,  entonces unas cadenas gigantes capturan a cada una de las bestias. 

-¡Naruto! - grito pero mis pies no se mueven. Garaa y Naruto hacen su esfuerzo por intentar cuidar a aquellas bestias pero .La estatua toma el chakra de las bestias con rapidez, de repente veo a Naruto quién parecía estar cayendo mientras salía del chakra de Kurama, mi corazón comienza a latir fuerte porque Naruto no parecía estar bien en lo absoluto. Madara lo había logrado, le había quitado el Chakra del zorro a Naruto. 

-¡Naruto! - grito mientras me muevo hacia él, tomo su cuerpo debilitado en el aire, estamos cayendo juntos mientras sujeto a mi hermano. 

-Suki - dice debilitado - lo siento. 

-¡No! - grito y entonces la arena de Garaa nos envuelve. 

No, no, no, mi hermano no. Mis lágrimas me resbalan mientras intento a toda prisa realizar un jutsu médico. 

-Tengo un plan - Garaa me dice mientras volamos en la arena a gran velocida, a penas siento su corazón -¡No dejaré que Naruto muera!

-Suki, respira - el abuelo Jiraiya me mira con una sonrisa tranquilizadora - Naruto esta bien. 

-¡Su brazo está sangrando! 

-Tienes que calmarte - dice mientras acaricia mi cabello - él esta bien. 

El abuelo se arrodilla mientras acaricia a Naruto. 

-Deja de llorar - le dice con una sonrisa - iremos por helados.

Naruto se levanta y me toma la mano, sus enormes ojos azules han dejado de llorar y yo me puedo sentir tranquila. 

-No llores Suki, Naruto tiene un largo futuro. Nada o detendrá. 

La voluntad del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora