La voluntad del fuego

37. Renacimiento

Kakashi está tirado en el suelo todo ensangrentado. Camino hacia él a toda prisa mientras mis pisadas hacen eco por todo el lugar. 

Había estado aquí antes, el Chakra de Óbito y Kakashi había quedó impregnado en todo el lugar habían estado peleando, el aire estaba lleno de dolor y nostalgia, de alguna forma podía escuchar su pelea pasada y presente, me agachó y tomo a Kakashi entre mis brazos.

-¿Dónde está Obito? 

-Se ha ido - apenas murmura, me agacho a toda prisa y activando mis ojos veo la herida que le había causado Obito. Por tan solo treinta segundos me gustaría saber en que exactamente estaba pensando Obito. 

Una persona que nunca superó el dolor del pasado, como un niño que sufrirá por siempre. Crecer y perdonar son conceptos que nadie se atreve a relacionar, sin embargo son las heridas del pasado las que no nos dejan crecer y encontrar un nuevo futuro. 

Una extraña sensación recorre mi cuerpo, mientras veo a Kakashi llorando. Nunca había visto a Kakashi llorar de esa forma, el dolor que había en su cuerpo no se podía comparar en lo más mínimo al dolor que sentía en su corazón. 

Kakashi me abraza, y lo sano a toda la velocidad que me es posible. 

-Vi a mi padre - le digo - fue resucitado por Orochimaru. 

-¿Qué? Mi Sensei 

-Tengo que...

-Calmá no vas a solucionar nada. Ahora debemos enfocarnos. 

En un momento a otro se queda dormido. 

-¿Quién duerme en medio de una guerra? 

-Tengo la sensación que ganaremos está guerra - digo con una sonrisa 

-Es mi culpa... si tan solo hubiera intentado más fuerte salvar a Obito ese día. Si tan solo... 

-No es tu culpa - digo mientras lo miro seria - las cosas sucedieron así pero no fue culpa de nadie. Antes como ahora el mundo estaba en guerra y las cosas sucedieron así. 

Kakashi se sienta y un dolor lo hace estremecerse hasta poner su mano sobre su ojo. 

-¿Naruto y Sasuke? 

-Están luchando juntos  - él dice y siento su ánimo subir de inmediato. 

-¡Puedo verlos! - dice sorprendido - creo quedes porque mi ojo aún está conectado con el de Obito. 

-Wow, no te esfuerces - digo - tu herida aún no esta curada. 

-Deja de gastar tu chakra - dice 

-Kakashi, tengo la sensación que me sobra Chakra en este momento.

Por supuesto que si, recién había estado en contacto con el chakra de kurama, ni si quiera el haberlo utilizado para salvar a todos esos ninjas había debilitado el chakra que me había otorgado kurama, sin duda es que era algo sorprendente. 

Kakashi permanece en silencio mientras observa el otro lado, no digo nada porque parece realmente concentrado. Pero mientras lo curo veo sus sentimientos ir y venir. Tristeza y dolor.

-Podrías verlo si quisieras. - dice de repente - porque tenemos los mismos ojos. Cuando reúnes compañeros que creen en ti, puedes acabar viendo la esperanza. Eso es lo que creo. Obito. 

-¿Kakashi? - digo pero él sigue concentrado. 

-Naruto y Sasuke ha inmovilizado a Obito - Kakashi dice - vamos ahora. 

-Pero tu... 

-Sobreviviré

-Bien - digo mientras tomo su mano y aparecemos en el campo. Kakashi corre al lado de mi padre mientras observo a la distancia, ha perdido un brazo. 

Obito tirado en el suelo se retuerce de dolor mientras dentro de si una mancha negra se extiende, parece estar sufriendo demasiado. Estamos dispersos y agradezco que mi hermano no vea a óbito llorar mientras escucho fuerte y claro a Madara. 

-No eres más que un repuesto que preparé para resucitar. 

Madara estaba controlando a Obito con su Chakra y yo no podía ni si quiera imaginar cuando fuerte y malvado era aquel hombre. 

-¿Qué dice? - digo -¿Rinne Tensei? - 

-Madara no debe resucitar 

Todos ponen su mejor empeño en evitar tal tragedia. No sé que hacer, no puedo evitarlo. 

-¡Obito! - grito y mi padre aparece frente a óbito, y lo corta con una de sus  Kunai especiales. Tirado siento una profunda tristeza, aquel niño alegre había terminado así. 

Sin embargo tirado en el suelo, un charco de sangre sus palabras aún y la bestia gigante comienza a ser  atraída violentamente. Succionada por quién ahora sería su Jinjuriki, el mismo óbito había servido para tal caso, Obito había renacido.