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Después de la gala de beneficencia de los Dragneel, Lucy no volvió a asistir a ningún otro evento y cuando menos se dio cuenta, el verano había terminado y era hora de regresar a clases.

Debería de sentirse emocionada por haber regresado y poder ver de nuevo a sus amigos, pero en lugar de eso se sentía atrofiada por todo lo que acababa de vivir, además de que la escuela no será la misma sin él en los pasillos.

De tan sólo recordar a esa persona se sintió inmediatamente culpable y miserable porque ella tenía otra oportunidad y él no. Lo extrañaba demasiado y no podía imaginarse asistir a Fairy Tail School sin él ahí.
Le había hecho mucha falta y ahora mismo lo necesitaba más que a nadie.

Pero no podía hacer nada al respecto.

Salió de su casa y el auto la llevó al Instituto. Al llegar pudo ver a través de la ventanilla a los miles de estudiantes que se aglomeraban en la entrada de la escuela con sus pulcros uniformes y su cotilleo habitual. Ya no recordaba cómo era su vida escolar antes y dudaba mucho que todo siguiera igual, así que con poca convicción salió del auto y se encaminó a aquél recinto en el que cada muro contaba su historia.

Todo el mundo la veía y susurraban cosas a su alrededor. Lucy sólo caminaba con la cabeza abajo y evitaba el contacto visual, deseaba que esto se acabara rápido para poder desaparecer en paz y perderse entre el mar de estudiantes.

--¡Lucy! --la llamaron y la salvaron de ser el centro de atención --. ¡Que alegría verte! ¡Te extrañe mucho! --Mirajane la recibió con un abrazo.

La albina era una de sus mejores amigas además de Levy. Ella a diferencia de los demás, no tenía fortuna ni venía de una familia acomodada, estudiaba en Fairy Tail School porque se había ganado una beca completa debido a sus buenas calificaciones. Los demás estudiantes solían hacerla menos solo por ser becada y no era muy popular, aunque en realidad el grupo de Lucy nunca había llamado mucho la atención hasta que sucedió lo del escándalo. Aun así, Mira era una buena amiga muy comprensiva.

La rubia se percató de la presencia de Levy al lado de Mirajane y por su seño fruncido y brazos cruzados, se dio cuenta de que la peli azul no estaba muy contenta con su presencia.

--Levy ¿No vas a decir nada? --preguntó cuando se hubo separado.

--No tengo nada que hablar con ella --dijo por lo bajo.

--Por favor --insistió--, ustedes son amigas desde hace mucho tiempo ¿Podrían hacer un esfuerzo?

La Heartfilia se hubiera negado por puro orgullo sino fuera porque Mirajane juntó sus manos y las miró suplicante a ambas.

¿Cómo negarse a esos ojos azules?

Al parecer Levy también pensó lo mismo y relajó su expresión.

El timbre sonó y no les dio tiempo de arreglar sus problemas. Las tres chicas se dirigieron a clases y así comenzó su primer día de escuela.

[...]

Las primeras clases fueron de lo más normal para Lucy. Los maestros la trataban como si no hubiera sucedido nada y los alumnos solo hablaban de ella cuando creían que no los escuchaba. Aun así, se había temido cosas peores.

La hora del almuerzo llegó y todas las bancas del patio estaban repletas. Mirajane le hizo una seña y se fue a sentar con ella y su compañera.

Levy seguía molesta y la rubia sabía que tenían que hablar o si no, aquél ambiente tenso jamás terminaría.

--Levy yo...

Mi gran debutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora