7

134 16 0
                                    

Despertó con un terrible dolor de cabeza y el cuerpo todo adolorido.
La habitación en la que se encontraba estaba cubierta en sombras y casi no se podía distinguir nada.

Trató de rememorar lo que había pasado pero lo único que recordaba era que ella y sus amigas tenían una pijamada, tomaron un par de copas y de ahí en adelante todo estaba en blanco.

Trató de incorporarse pero un brazo la retuvo y cuando se giró para ver de quien se trataba, se llevó tremenda sorpresa al ver que Natsu la estaba aferrando a su cuerpo.

Pegó un respingo y cayó de la cama por la impresión. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que esa no era su habitación. Trataba de recordar qué había hecho y porqué había despertado junto a Natsu, se echó un rápido vistazo y vio que aún llevaba la pijama puesta, por lo que no debía de que preocuparse, sin embargo si tenía que buscar a sus amigas y regresar a su casa antes de que sus padres se dieran cuenta de que no estaban, aunque probablemente ya la estuvieran buscando.

Caminó hacía la puerta y cuando estaba a punto de salir, un ruido la hizo sobresaltarse y por ende detenerse.

--Luce, vuelve a la cama --murmuró adormilado y se acomodó para mayor comodidad.

La mencionada se quedó en su lugar estática temiendo que el peli rosa despertara. Aún no podía entender cómo es que ambos dormitaron juntos cuando no se soportaban.

Por Dios, realmente nos exedimos anoche, pensó.

Lo único que quería era pasar un buen rato con sus amigas y tratar de compensar su ausencia de hace un año, pero apenas y había pasado un día de clases y ya se estaba metiendo en problemas otra vez, aunque lo que más temía era el lío que le esperaba con su madre cuando ésta se enterara de lo que había hecho. Adiós a su plan de pasar desapercibida hasta el debut.

Lo peor de todo es que no recordaba nada y no podía explicarse porque Natsu la estaba abrazando mientras dormía. Su cerebro hizo clic repentinamente y ahora podía deducir en dónde estaba. Por supuesto, se dijo. Erza la había invitado a una fiesta el día anterior y era ley que sus amigos más cercanos iban a asistir, entre ellos Dragneel.

Quizás esa era la parte más inquietante debido a que no sólo había cometido locuras de las cuales no recordaba nada, sino que toda la escuela la había visto y entre ellos el grupito de Scarlet, del cual Lucy estaba segura que lo único que querían era burlarse de ella y molestarla.

¿Habrá sido esto una broma? ¿Por eso desperto con Natsu a su lado? ¿Los habrán filmado mientras estaba dormida o tomado alguna foto?

La rabia comenzó a acumularse al imaginar todo lo que ellos podrían hacer con esa evidencia comprometedora y dejó de importarle el sueño del peli rosa, al fin y al cabo no importaba que tan bello e inocente parecía al dormir, en su interior no era más que una horrible persona que la culpaba por sus errores.

Salió de la estancia azotando la puerta y se dispuso a buscar a sus compañeras. Entró en la habitación de al lado y se encontró con un Gray descansando en el suelo mientras dos chicas yacían en la cama. Retiró la colcha para ver mejor y ahí se encontró con su amiga albina junto con la anfitriona de la fiesta durmiendo plácidamente.

--Mira --la movió delicadamente--, tenemos que irnos --susurró.

La mencionada se removió en su lugar y lentamente comenzó a abrir sus ojos.

--Lucy... --dijo aún adormilada-- ¿Qué hora es? --pestañeo.

--No lo sé, pero tenemos que irnos ahora mismo.

La ayudó a incorporarse y juntas se dispusieron a buscar a su última compañera.

A pesar de ser un apartamento, este contaba con múltiples habitaciones y un enorme espacio, sin embargo ahora mismo estaba hecho un completo desastre; había vasos rojos tirados por todas partes, las luces de colores aún seguían encendidas y un olor desagradable impregnaba cada esquina, quizás la combinación de adolescentes sudorosos con alcohol y cualquier otra sustancia ilegal. Aun así, el apartamento estaba vacío, señalando que la fiesta había terminado hace un buen rato, aunque aún no amanecía del todo, pues a través de los grandes ventanales el cielo estaba pintado con un azul oscuro que no tardaba en convertirse en el amanecer de un nuevo día.

Mi gran debutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora