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Sting llegó a su casa molesto y confundido por la discusión que había tenido con Natsu.

Todo este tiempo se había sentido resentido con el mayor por no haber cumplido con su promesa y haberse olvidado de ellos en cuanto salió de ese orfanato.

Todavía recordaba esos años tormentosos junto a su hermano Rouge con la esperanza de que el peli rosa apareciera para sacarlos de ese infierno, sólo para caer en cuenta de que éste estaba disfrutando su vida de lujos y se había olvidado de su procedencia.

Para el momento en que se dio cuenta de la cruel realidad, tenía tan solo 11 años y en un acto de rebeldía, se escapó junto con el azabache al afamado vecindario de Fairy Hills a buscar al que en aquel entonces era su ídolo, sin embargo, sus esperanzas e ilusiones fueron deatruidas en el momento que se plantó en frente de Natsu en la prestigiosa escuela de Fairy Tail y éste, rodeado de sus amigos ricachones, no lo reconoció y lo humilló en frente de ellos.

Desde ese día un odio y una amargura crecieron dentro de él y juró que le haría pasar a Dragneel el mismo infierno por el que él sufrió.

Sin embargo, ahora estaba confundido debido a la reacción que tuvo el muchacho al verlo de nueva cuenta y no sabía si proseguir con su plan. Aunque acababa de descubrir una debilidad y no podía desaprovecharla.

[...]

Otra tarde más de ensayo en aquel estudio repleto de jóvenes inexpertos y parecía que aún no lograban avanzar nada.

Para empezar, Levy todavía no conseguía pareja, lo que retrasaba más los ensayos y al parecer Lucy no era la única que aún no se aprendía la coreógrafa del bals.

Todo era un completo desastre según Erza, pues cuando ella estaba a punto de debutar todo estaba mejor organizado y nunca surgió ningún percance, incluso consiguió que el chico más inteligente de la escuela fuera su acompañante y todo resultó en la mejor noche de su vida. Sin embargo, un año después, el mismo chico que la llevó hasta las estrellas ahora mismo la estaba ignorando y los participantes de este año no se lo estaban tomando en serio.

-Erza, quiero presentarte a alguien -la sacó de sus pensamientos la señora Heartfilia-. Ella es Lisanna, seguramente ya se conocen pero quería notificarte que a partir de ahora ella se unirá a nosotras como mí asistente personal, así que espero que se lleven bien y podamos trabajar juntas.

-Por supuesto -respondió la peli roja.

La verdad es que casi no conocía nada sobre la albina, solo sabía que era la prima rica de Mirajane y ya. Bastante sospechoso a su parecer, pero ahora mismo tenía mejores cosas que hacer.

Caminó hasta donde se encontraba la hija de Layla y su amiga para discutir un asunto.

-Lucy, Levy, tenemos que hablar.

Por su tono de voz, las dos chicas se alarmaron por lo que pudiera decir y Scarlet se vio obligada a aclarar las cosas para tranquilizarlas.

-Descuiden no es nada grave -aligero su expresión-. Primero que nada, Lucy, necesito que te esfuerces más para aprenderte la coreografía y Levy, si no encuentras un acompañante para mañana, yo misma buscaré uno por ti.

Aunque no quería sonar tan severa, aun así logró que sus palabras se sintieran como una amenaza, espantando al par en el proceso.

- ¡¿Mañana?! ¡Pero es muy poco tiempo! -protestó la bajita.

-Si continúas así retrasaras a todos y no podremos avanzar.

-Tienes razón Erza -interrumpió la rubia mayor-. De hecho yo estaba a punto de hacer la misma sugerencia pero gracias por adelantarte. Lisanna puede ayudarte a escoger una pareja si así lo quieres -sugirió.

La mencionada permanecía callada y con una sonrisa mientras la peli azul la observaba algo incómoda. Nunca había convivido con ella a pesar de ser familiar de una de sus mejores amigas, pero por la forma en la que trataba a la albina mayor ya era suficiente para no confiar en ella.

- ¿Puedo hablar un momento a solas contigo, Erza? -pidió Lucy aprovechando que su madre estaba distraída con el tema de Levy.

La mayor asintió y se fueron a una esquina alejada.

-¿Qué sabes sobre el pasado de Natsu?

-No demasiado ya que él es muy reservado sobre ese tema ¿Por qué lo preguntas?

-Hoy al terminar las clases un tipo rubio se me acercó a mí y al parecer viene del mismo orfanato -explicó.

-¿Un tipo rubio? Que curioso, justo hace tres años un chico rubio como de unos doce años se acercó a Natsu afuera de la escuela -recordó poniendo una mano en su mentón.

-¿Y qué sucedió?

-Como estaban bastante lejos no alcancé a escuchar lo que decían, pero de un momento a otro el chico cambió su expresión a una más oscura.

-Ya veo, gracias por el dato.

-¿Por qué no hablas directamente con Natsu si se supone que ya son amigos? -inquirió curiosa.

-Traté, pero se veía muy afectado por lo que pasó que no me pareció adecuado indagar en su pasado -contestó agachando la mirada.

-Así que él estaba contigo cuando ese tipo se te acercó -observó entre cerrando los ojos.

-Olvidé mencionarlo pero sí.

-¿Y qué fue lo que te dijo además de venir de un orfanato?

-No reveló más además de su nombre, Sting Eucliffe.

-¿Sting Eucliffe? ¿De Saberthoot? -interrogó alarmada.

-Creo que sí, ¿Lo conoces?

La peli roja frunció los labios pensativa, pues ya había escuchado ese nombre antes y podía jurar que aquel chico era problemático, no por nada se juntaba con Minerva, la hija del director de la escuela de Saberthoot quien también era un caso especial.

Como presidenta del consejo estudiantil no podía permitir una disputa entre escuelas, mucho menos si se trataba de los Orland, de los cuales había escuchado rumores de que estaban relacionados con la mafia.

-Te sugiero que evites a toda costa toparte con ese chico otra vez, tiene una reputación muy mala -le recomendó con un semblante serio.

-Entiendo, ¿Pero qué hay de Natsu? Sospecho que su objetivo es él.

-¿Ahora te preocupas por Natsu? -preguntó de manera pícara a lo que la rubia desvió la mirada y un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas-. Descuida, yo misma hablaré con él.

Regresaron al ensayo sin darse cuenta de que eran observadas a lo lejos por una figura desconocida que inmediatamente fijó su atención en la albina, pues su instinto le decía que esa chica podría ser de gran ayuda para el futuro.

Mi gran debutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora