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A lo lejos una pequeña niña de cabellera azul se dirigía corriendo hacia donde estaba su hermano mayor, quien por cierto, estaba rojo hasta las orejas y no se atrevía a mirar a su compañera, que de igual forma estaba muy avergonzada.

La menor al arribar con Natsu, quedó desconcertada al ver a los dos adolescentes escondiendo sus rostros y muy alejados entre si, como si trataran de ocultarse el uno del otro.

-Wendy -carraspeo el peli rosa-. ¿Qué haces aquí?, ¿no deberías de estar en la escuela? -interrogó una vez recuperó la compostura.

-Estoy en una excursión -señaló hacia el grupo de niños que estaban en el otro extremo-. ¿Y tú, hermano?, ¿no tienes clase?

¿Así que ella era la hermana de Natsu?

Lucy ya había escuchado hablar de la niña en algunas ocasiones. Al parecer había sido abandonada desde muy pequeña y lo único que repetía era que quería ir con su hermano, así que los Dragneel la adoptaron y le dieron un nuevo hermano mayor.

-Eso no es de tu incumbencia -respondió el chico.

-Pero si mamá y papá se enteran de que escapaste otra vez -comenzó a jugar con sus dedos-, te meterás en problemas y no quiero que eso pase... -dijo agachando la vista con tristeza.

El muchacho pareció compadecerse de la peli azul y se agachó a su altura poniendo una de sus manos en su cabeza acariciando su lacio cabello.

-Descuida Wendy, estaré bien, te lo prometo -la tranquilizó dedicándole una sonrisa llena de confianza.

La niña reaccionó a su gesto y le devolvió la sonrisa, demostrándole que confiaba plenamente en él.

La rubia no pudo evitar sentir ternura ante la escena, pues el Natsu que tenía en frente no se parecía en nada al chico rebelde y problemático que había conocido durante toda su vida. Realmente le agradaba esta faceta que estaba contemplando de él.

-¿Uh?, ¿quién es tu amiga, hermano? -preguntó la menor fijando su vista en la muchacha.

-Soy Lucy Heartfilia, es un gusto conocerte -se presentó ante la pequeña con una sonrisa amable.

-¡Wao! ¡Que linda eres!

-Gracias, tú también eres muy linda.

Natsu veía a las dos chicas conversar animadamente con un sentimiento extraño, pues por un lado le gustaba que ambas se llevaran bien, pero por el otro se preguntaba porqué le parecía tan grato, ya que apenas se estaba acercando a Lucy y aun no la conocía tan bien.

-Odio interrumpirlas pero creo que Wendy debe volver con su grupo.

-¡Es verdad! No quiero que se preocupen por mi. ¡Adiós Natsu! ¡Adiós Lucy! -se despidió mientras corría.

-Nos vemos después, Wendy -dijo la rubia agitando su mano.

Después de que la menor se alejó de su vista, ambos jóvenes se quedaron en silencio por un rato sólo siendo acompañados por el sonido de las hojas de los árboles al sacudirse.

-Tu hermanita es muy agradable, no como tú -comentó Lucy con sorna.

-Pensé que ya habíamos hecho las paces -refuto el joven sonriendo de lado.

-Relájate, sólo estaba bromeando -le sacó la lengua.

-¿Así que la chica perfecta sabe hacer bromas? -espetó cruzándose de brazos y levantando ambas cejas.

-Hay muchas cosas de mi que no conoces.

-Ya lo creo.

-¿Y qué hacemos ahora? -cuestionó la muchacha mirando a su alrededor.

Mi gran debutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora