But Daddy I Love Him || Tom Holland

• La Pelea •

El castaño permanecía de pie al otro extremo del desierto pasillo, con las manos metidas en los bolsillos delanteros de sus jeans oscuros,a pesar de los metros que nos separaban podía sentir su penetrante mirada sobre mi...Como si fuese una presa por la cual esperaba pacientemente.

Mi piel se erizó por completo en cuánto en su atractivo rostro se dibujo una ligera sonrisa que se podía observar perfectamente desde donde estaba parada, inmóvil.

-Becca-Sus labios no se movieron pero la voz que me llamaba resonaba en cada rincón del pasillo.

-Thomas?-Le llamé, al ser los únicos en el lugar mi mente deducía que era él de quién provenía aquella voz.

-¡Por Dios,Rebecca Andrews!-El grito de mi madre me hizo dar un salto fuera de la cama, confundida.

-¡Mamá!-Me quejé frotando mis ojos.

-Qué estabas soñando,eh?-Su risa no tardó en reventar mis tímpanos.

-Nada, por qué?-Acaricié mis brazos, percatandome de que mi piel realmente estaba erizada.

¿Había sido un sueño? ¿Por qué diablos Thomas Holland aparece en MI sueño? Por Dios Rebecca, estás perdiendo la razón.

-Nada-Repitió burlona, cogiendo el cesto de ropa sucia que había dejado a la orilla de la cama.

-No me parece que Thomas sea nada-Arqueó una ceja y sentí mi rostro ardiendo.

-Anda a arreglarte que se hará tarde, y papá despertó de muy buen humor, no querrás arruinarlo ¿verdad?-Me sonrió ampliamente, para después darse la vuelta y salir de la habitación dejando la puerta abierta.

Tal y como dijo mamá, me di prisa en la ducha y bajé corriendo a sentarme a la mesa con mi familia.

-Buen día,cielo-Papá me miró con una sonrisa que pocas veces me dedicaba.

-Buen día, papi-Me estiré sobre la mesa para alcanzar su mejilla y depositar un beso.

-Qué tal dormiste?

-Becca durmió muy bien-Mamá se burló, colocándome enfrente un bol con trozos de fruta.

Papá nos miró un tanto confundido, pero la sonrisa en su rostro no se desvaneció; mamá tenía razón, había despertado de muy buen humor.

-Me alegra cariño

En menos de veinte minutos, ya nos encontrábamos montados en el auto, dirigiéndonos al Colegio.

-Que tengas lindo día, princesa-Sonreí ampliamente por aquel apodo, hacía mucho que no le escuchaba llamarme así.

-Qué?-Él soltó una leve risa.

-No me llamabas así desde los nueve años

-Te encantaba que te llamará así-Dijo con nostalgia.

-Si...

La etapa que vivimos durante ese tiempo fue dura, no voy a mentir, fue muy dolorosa.
Quizás por eso habíamos intentando borrar de nuestras memorias cualquier tipo de recuerdo que nos devolviera esos sentimientos, ahora éramos una familia estable y era lo único importante ¿cierto?.

-Pero anda, se te hará tarde-Me incitó divertido.

-Claro, adiós-Besé su mejilla, cogiendo mi mochila de los asientos traseros para finalmente salir del auto.

Me estremecí en el momento que crucé la entrada del Colegio, deteniendo el paso exactamente dónde recordaba la figura de Thomas esta mañana...

-Hey-Me tomó por los hombros, dando un salto para quedar frente a mi.