¿Ella? Con una vida moldeada al gusto de su padre.
¿Él? Con un pasado que lo atormenta día a día.
"Dicen que los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos traen el cielo a ti..."
-¡Hey, Becca!-Gwen apareció frente a mi, dándome un gran susto que me hizo detener el paso antes de terminar estampada contra ella.
-Gwen me asustaste-Me quejé.
-Creo que ya se está haciendo costumbre-Soltó una risita, tal como una niña pequeña después de una travesura.
Asentí con la cabeza esperando que entendiera que no tenía ánimos de charlar, acto seguido la esquivé luego de dedicarle una leve sonrisa y me dispuse a caminar con dirección a mi primera clase del día.
Habría dado lo que fuese por recorrer el pasillo con la mirada clavada en los pies, pero al no querer terminar de estropear mi humor disculpándome con algún extraño por estrellarme contra el, me encontré con las personas a las que menos quería ver...
A tan sólo unos metros de mi Thomas abría su casillero sin prisa alguna... Vestía unos jeans oscuros que hacían juego con un suéter de tela evidentemente fina color azul, mientras su mochila colgaba de sus hombros. No tardó más de medio minuto en percatarse de que alguien tenía la mirada puesta sobre él, pues se giró casi automáticamente en busca del responsable mientras que yo imité su acción mirando a cualquier otra parte, ahí fue donde supe que no sería un día fácil para mí...
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En el extremo opuesto de donde se encontraba Thomas; Harvey yacía con la espalda recargada contra un casillero mirándome fijamente con una sonrisa que me hizo estremecer, a pesar de la docena de chicos que se atravesaban entre su mirada y su objetivo,consiguió intimidar me sin esforzarse demasiado.
Me apresuré a llegar hasta mi aula correspondiente aunque sabía que eso no serviría en absoluto para mantenerme lejos suyo, puesto que compartíamos todas las clases y no asistir era un lujo que no podía permitirme si quería mantener el promedio que me tenía dónde estaba parada.
Había pasado la noche entera asfixiando me con mis propias emociones y lágrimas; sobre pensando una y otra vez, buscando una respuesta coherente al porqué Harvey hizo lo que hizo...Si yo lo provoqué o de alguna forma tuve la culpa por no frenar la situación a tiempo aclarando le que no sentía lo mismo que él. Me sentía ingenua, débil... Había perdido la cuenta de las veces que me reproché a mí misma el cómo pude ser tan ciega, cómo no pude darme cuenta de que aquellos sueños eran fragmentos de lo que viví esa noche, piezas de lo que Harvey intentó hacer conmigo luego de tomarse el tiempo de drogarme sin que ¡Adivinaron! Tampoco pudiese notarlo.
Supongo que hubiese sido más fácil que esos recuerdos no hubieran vuelto.
-Señorita ¿Está bien?-El profesor se acercó a mitad de la clase, mirándome con preocupación.
¿Tan mal me veía?
-Si, gracias-Me limité a responder sin perder de vista cada letra que transcribía de la pizarra a mi libreta.
Las siguientes clases me ayudaron a mantener mi mente algo despejada...Hasta que la hora del almuerzo llegó, y con ella la ansiedad infernal de que Harvey se acercará a mi otra vez.
