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Los pasillos de la escuela estaban solos, era demasiado temprano como para que las clases empezaran, pero aún así lo ví ahí.

Recogía las cosas de su casillero; ponía todas en una caja para transportarlas con mayor facilidad. Por lo que supe gracias a Ricardo, le habían quitado la beca que con tanto esfuerzo se había ganado y tenía que regresar a su país.

Me iba a dirigir hacia él para darle un último adiós, pero un par de compañeros me ganaron; nadie más que Farfadox y Crisgreen quienes se pusieron a su lado para comentar cosas indiscretamemte.

— Me alegro de que no haya más escoria en la escuela, ya sabes... — el de tez oscura, idéntica a la del francés, habló primero. Cris le siguió la corriente.

— Si, aunque todavía no termina por salir de aquí se siente más limpio todo, bueh. — no pudo acabar de hablar pues Shadoune azotó la puerta del que era su casillero.

Por fin dejaría de permitir que todos pasasen encima de él.

— Sigan hablando mierda, que eso es lo único que han hecho en estos meses, ¡Idiotas! — ambos miraron perplejos su repentino cambio de ser un chico reservado a alguien tan volátil después de haber perdido tanto. —los dos no son más que escorias. Espero se pudran en este lugar junto con todos los putos abusadores que están aquí. Que sus malditos actos los condenen a la tempestad, y que no vuelva a verlos en mi puta vida. —luego de eso, un golpe fué propinado en la mejilla de Crisgreen, seguido de una pelea de dos contra uno.

Yo vi como Shadoune se defendía de ambos, también el momento exacto en que un puñetazo certero hizo que se librará de Cris, y luego de Farfa con otro igual de fuerte. A pesar de haber ganado la sangre que escurría de su nariz delataba su dolor físico, pero sus ojos el sufrir emocional.

Lágrimas cayeron de su rostro. Volteó a verme sin decir nada, como si todo ese tiempo supiese que estaba ahí.

Yo me quedé viéndolo de lejos hasta el último momento. Eso le lastimaba por dentro más que cualquier pelea a golpes.

Al ver que no me acercaba, a pesar de que las ganas no me faltaban, se dió la vuelta y comenzó a caminar para salir de ahí.

Yo quería gritar su nombre, que él gritase el mío, que pudiese expresarle el amor que tenía atorado en la garganta...

Todo esto era mi culpa

Ese fué el último día que lo ví. Ni siquiera cuando visité su casa al día siguiente encontré rastro de él. La culpa me carcome todos los días desde entonces; dejé que el más precioso de los ángeles sufriera descaradamente.

Y ahora, sólo me embriago en un bar de París luego del trabajo, a pesar de haber pasado más de 10 años desde aquello.

Me destrocé la vida gracias a mi conciencia que nunca pudo quedar limpia. Todos siguieron con sus vidas...

Menos yo.

Y a tí, el hombre que bebé a mi lado, completo desconocido de mi presente, te hago una pregunta:

¿Por qué me miras con una sonrisa, aún cuando acabas de conocer el peor de mis pecados?

Mañana final, ya me voy a mimir.
Hoy actualicé mucho (?

  𝙻'𝚎𝚏𝚏𝚎𝚝 𝙳𝚎 𝙼𝚊𝚜𝚜𝚎  (𝔰𝔥𝔞𝔡𝔬𝔲𝔟𝔦𝔨)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora