—Pórtate bien ¿de acuerdo?—murmura el castaño sin despegar sus ojos de los de Alexandra.—Obedece a Danna y no hagas travesuras...
—Sí, Christopher.—responde.
—¡Que te diviertas mucho! ¡Y recuerda, no hagas nada que no haría yo!—añade dejando un beso sobre su mejilla.
—¿Tú vas a salir con esa chica, verdad?—pregunta. Christopher se aparta de ella.—Con la de pelo rojo…
—No.—niega de inmediato.—Voy a quedarme en casa.
—Yo la escuché…
—Bueno, sí. Pero tienes ocho lo que significa que todavía no tienes derecho a opinar...—responde encogiéndose de hombros. Alexandra arruga su nariz y le muestra su lengua a modo de protesta haciéndolo reír.
—¡Parece muy pesada!—comenta.
—Alexandra…—la reprende de inmediato.
—Además no es amiga de Danna, Christopher.—replica.—Y a mí me cae mejor Dan…
—Anda, ve con Mafe y Camila…
—Ven acá, cariño.—agrega Camila tendiéndole su mano.—Te vemos en casa, Dan.—Danna asiente.—Pásala bien, Chris.
—Igualmente ustedes.—responde. Danna vuelve su atención a él.—Alex…—la llama.
—Ajá…
—¿No me vas a dar un beso de despedida?—pregunta. Los ojos de la niña se entrecierran un poco y se acerca a él mientras Christopher se inclina sobre ella. Sus labios se posan en su mejilla y una pequeña sonrisilla adorna su rostro.—Ahora sí, diviértete mucho; te veré mañana.—ella asiente antes de finalmente marcharse con Camila.—¿Fue un día largo, no?—comienza en medio de un suspiro.
—Demasiado en verdad.—acepta.—Y solo es el primero; todavía nos faltan cuatro…—el joven deja escapar un prolongado suspiro y asiente lentamente.—Te veremos mañana, Christopher…
—Por un segundo pensé que Emma y tú…—Danna niega interrumpiendo su voz.
—Sabes que desde que conocí a Emma hace un par de años nuestra relación nunca fue buena.—hace una pausa.—Así que realmente no veo porque tendría que ser buena ahora…ella solo es una modelo que filma una campaña publicitaria y un videoclip para la empresa para la que trabajo; y eso no nos convierte en amigas, eso es todo. Así que ahora ve por ella, campeón…
Christopher niega lentamente sin moverse de su lugar ni un solo centímetro no siendo capaz de dejarla ir. Todavía no.—¿Tienes alguna idea de cómo decirle a mis padres que tengo una hija de ocho años?—pregunta de repente.
—Creo que solo hay una manera y ya sabes cuál es…—responde.
—Hoy cuando mamá apareció en el set de filmación tuve miedo. Por primera vez en mucho tiempo tuve miedo.—confiesa.—Miedo de que pudiese encontrarse con Alex…