—¡Nunca quise que esto pasara…!—exclama Danna cuando ve a Christopher caminando hacia ella.—No quería que Alex sufriera…no tienes ni idea de lo que daría para que no estuviese sufriendo de la manera en la que lo está haciendo por mi culpa…—Lo sé y no es tu culpa.—responde él tomando asiento a su lado.—Alex iba a hacerlo de todos…pero que tú hablases con ella de alguna manera le ayudó…
—¿Ayudar a qué?—cuestiona.—¿A qué se le termine de romper el corazón?
—Ella va a estar bien, Danna.—anuncia.—Los primeros días serán difíciles pero va a estar bien. Y con el paso de los días va a estar muy feliz de que estés cumpliendo tus sueños porque te quiero demasiado de la misma manera en la que yo te quiero…
—Voy a echarlos mucho de menos, Chris…—murmura.—No tienes ni idea de cuánto…
—Nosotros también a ti.—le informa.—Pero lo dije de verdad, Dan…vamos a hacer que esto funcione. Nosotros iremos a visitarte cada vez que tengamos la oportunidad y hablaremos todo el tiempo…
—Pero no va a ser lo mismo.—replica de inmediato.
—Nos la arreglaremos.—le promete tomando su mano.—Ahora…Danna Silvetti; vamos a disfrutar de cada momento que nos quede juntos de aquí a que se llegue la hora de tu vuelo…
—Mamá se puso como loca…—inquiere en voz baja.—Se echó a llorar y aunque dijo que estaba feliz por mí y me deseaba lo mejor sé que le duele demasiado…perdió a papá y ahora siente que me está perdiendo a mí…
—No lo está haciendo.
—Lo sé.—asiente.—Pero no puedo dejar de pensar en la manera en la que se escuchaba…
Danna apoya su cabeza en el hombro del castaño y él deja un beso sobre su frente.—No pienses en eso.—murmura.—Puede que sí le duela un poco pero sigue siendo temporal…—hace una pausa.—Lo importante acá es que estás haciendo lo que a ti te gusta. Lo que amas. Lo que te hace feliz.
—Lo sé.—repite.
—¿Vas a quedarte con nosotros hoy?—cuestiona en voz baja.
Danna cierra sus ojos un momento y se muerde los labios.—La verdad es que no creo que pueda. Tengo que terminar de arreglar mis cosas y todavía viene la parte más difícil de todas…
—¿Mafe…?—adivina.
—Mafe, sí.
Christopher larga un prolongado suspiro y vuelve a depositar un pequeño beso sobre su cabeza.—Entonces disfrutemos del momento y ya…—murmura.—¿Sabes que es lo que más voy a echar de menos…?—pregunta de repente. La castaña niega lentamente acurrucándose más contra el cuerpo de su novio.
—¿Qué?
—Que vengas a casa y pasemos las tardes juntos haciendo cualquier cosa con Alex…—anuncia en voz baja.—Amo esos momentos y saber que de alguna manera ya no los tendré me hace perder la cabeza…
—¿Sabes…?—comienza la chica.—No te voy a negar que por un momento he pensado en desistir…la idea de quedarme con ustedes y seguir justo donde estoy me ha parecido bastante atractiva…
—No.—decide Christopher apartándose de ella para poder mirarla a los ojos.—Mira sé que el dolor es parte de y que no podemos evitarlo de ninguna jodida manera pero eso no significa que tengas que renunciar a tu sueño ni a lo que te hace feliz.—hace una pausa.—Vas a irte, sí. Y van a pasar algunas semanas hasta que podamos volver a vernos pero estoy muy seguro que cada segundo que no estemos juntos valdrán la pena…