—¿Te gusta…?—cuestiona la madre de Christopher anclando sus ojos en los de la pequeña.—Sabe delicioso ¿Verdad?
—La verdad no.—responde sincera dejando el tenedor sobre el plato.—Mira…no te ofendas pero no cocinas muy bien, abuelita...
—Alex…no comiences.—advierte su padre.
—No lo cociné yo, amor.—murmura la mujer ignorando las palabras de su hijo y Danna sonríe..—Lo hizo la cocinera…
—Pues no me gusta…—agrega sin más.
—Es pollo a la riesling…—le informa.—Es uno de los platillos más ricos del país, por el amor de Dios.—Las cejas de Alexandra se fruncen de inmediato y niega.
—¿No hay pizza? ¿O hamburguesa…?—Christopher suspira y Danna se ríe en voz baja.—¿O tacos? Mi tío Erick me llevó a comer tacos en Taco Bell… ¡esos sin son los mejores!
—Alex…—comienza él.
—Es que no me gusta, papá.—los padres de Christopher se echan a reír.
—Bueno, supongo que cada paladar es diferente pero podemos pedirle a Rosie que te prepare algo más que sea de tu gusto ¿Te parece?…—le ofrece la mujer.
—No es necesario, mamá.—interfiere él.
—Sí que es necesario, Bryant.—repone de inmediato.—¿me acompañarías a la cocina?—cuestiona poniéndose de pie. Alex asiente imitando su acción y un segundo después ambas se marchan por el pasillo que conduce a la cocina.
—¡Dios!—se queja Chris.—No puedo creer que en serio le haya dicho a Alex que puede comer otra cosa…cuando yo era niño y vivía en esta casa no me dejaba levantarme de la mesa hasta acabar con mi comida…me gustase o no—repone entornando sus ojos.—No sé de qué preferencias o privilegios goza esa enana manipuladora pero mírala…se pavonea como la ama y señora de la casa…
—Estás siendo infantil.—responde Danna finalmente y sus ojos se encuentran un segundo.
—Oh, vamos.—replica otra vez.
Su padre se aclara la garganta atrayendo su atención un breve momento. Christopher y Danna lo miran de inmediato y el silencio vuelve a reinar en la habitación.
—Primero que nada, Christopher…te debo una gran disculpa.—comienza su padre anclando sus ojos en los de su hijo.—Cuando te llamé no te di la oportunidad de que me contases como pasaron realmente las cosas. No te di la oportunidad de que me hablases sobre Alexandra y ese fue mi primer error…—agrega.
—Yo tampoco reaccioné tan bien. Me apresuré a pesar cosas y terminé diciendo una sarta de barbaridades…y está mal. Porque no te di la oportunidad de hablar…estabas enfadado, sí. Pero también estaba enfadado…y sobre lo que dije de tu herencia, la verdad es que no me interesa el dinero ¿sabes? Tengo la cantidad suficiente para vivir bien con Alex y darle la mejor vida posible…mi empresa cada día crece más y…—hace una pausa.—Alex solo quiere un abuelo. Solo quiere un padre que la ame después de perder a su madre. Y yo solo quiero que ella tenga una familia…