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—Traje café para ustedes.—anuncia Erick acercándose a nosotros con pasos lentos sosteniendo en su mano un portavasos.
—Gracias—responden al unísono.
—¿En dónde está Alex?—pregunta el pelinegro.
—Dormida en mi camper…—responde Christopher.
—¿Discúlpame? ¿Cómo diablos se te ocurrió dejar a una niña de ocho años sola en un camper rodeada de personas extrañas?—reclama Erick.
—Por si no te has dado cuenta, uno: el camper no está lejos. Y dos: Myrtle está con ella… la enana no está sola.—le explica.
—De todos modos yo no creo que…
—Buenos días.—una voz femenina saluda. Los tres se giran sobre sus talones y el corazón de Christopher se hunde dentro de su pecho.
—¿Mamá?—cuestiona.—¿Qué haces aquí?—cuestiona Christopher dando un paso al frente. Danna lleva sus ojos hasta Erick un breve momento.
—Peter me contó sobre el proyecto y me dijo que viniese…—hace una pausa.—que seguramente me llevaría una grata sorpresa pero la verdad es que no fue tan claro de todos modos…
—Peter…—masculla el castaño entre dientes.
—Pero veo que tienes todo perfectamente bajo control. Es una locación preciosa…—agrega.—Danna…—la saluda.—¿Cómo estás, querida?
—Yenny…—susurra la castaña.—Bien.
—¿Y piensas quedarte con nosotros todo el día?—pregunta Christopher atrayendo la atención de su madre. Los ojos marrones del joven la contemplan un momento y ella alza una ceja.
—¿No puedo quedarme todo el día o algo que se le parezca?—bromea. Danna inspira con fuerza y niega lentamente.
—Yo no dije eso, mamá.—responde de inmediato.
—¿Te ofrezco café, Yenny?—pregunta Erick y aunque no lo dice en voz alta Danna puede notar que la intención del ojiverde es cambiar la dirección que está tomando la conversación.
—Estoy bien, gracias.—decide ella.
—Buenos días.—saluda la voz de Emma Mikaelson. Danna suelta un largo suspiro y niega un poco.
—Iré a ver si hace falta algo.—anuncia antes de marcharse con pasos lentos y su café en las manos. Christopher la contempla un momento pero no dice más.
—Emma…—lo escucha saludarla y es capaz de detectar ese deje de seducción en su tono de voz.
Danna deambula entre la multitud de personas que van de un lado al otro con prisa con la mera idea de desaparecer. Camina con pasos cuidadosos hasta el camper de Christopher y golpea lentamente la puerta. La voz de Myrtle le indica que puede pasar y cuando lo hace es capaz de ver a Alex sentada sobre el sofá con una muñeca de trapo en sus brazos.
