veinticuatro

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Cuando la vida te pone delante de una situación para la que no estás preparado en absoluto y te obliga a hacer cosas que nunca habías hecho o que nunca pensaste que podías hacer:  es una mierda, sí

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Cuando la vida te pone delante de una situación para la que no estás preparado en absoluto y te obliga a hacer cosas que nunca habías hecho o que nunca pensaste que podías hacer:  es una mierda, sí.

Pero también puede resultar algo realmente lindo si prestas atención y tomas la oportunidad.

Y Christopher Vélez más que nadie lo sabe.

Porque ahora se encuentra sentado en el escritorio de su oficina mientras observa con detenimiento cada movimiento de Alexandra en la distancia. La concentración que tiene mientras escribe sobre su libro le parece la cosa más jodidamente tierna que ha visto en su puta vida.

Es decir, sí. La niña de por sí es tierna cuando quiere pero verla ahí con la frente arrugada, mordiéndose los labios de vez en cuando y sosteniendo un lápiz es la jodida cosa más malditamente tierna que vio alguna vez.

¡Y lo adora!

Su enana es ese pequeño detalle que llegó para cambiar su vida.

Para hacerlo abrir los ojos y darse cuenta que la vida que él consideraba perfecto era solamente una alusión.

Dios. ¿Cuánto hacía que Christopher no se iba de fiesta con Erick? ¿Hacía cuánto tiempo que no ponía un pie en un bar? ¡Ya ni siquiera podía recordarlo con exactitud!

Ahora sus tardes se basaban en pasarlas con Danna y Alexandra –ya fuese en su casa, en la de Danna o en parques y lugares públicos donde podías ver a un montón de chiquillos corriendo como si de eso dependiesen sus vidas- y de esa manera le gustaba.
Le gustaba exactamente lo mismo que había estado evitando toda su vida.

Suelta un largo suspiro y sus ojos se conectan con los de Alex.—¿Te puedo ayudar en algo?—cuestiona.

—¿Cuál es el planeta más cercano al sol?—pregunta a su vez.

Christopher le lanza una sonrisa victoriosa.—Muy sencillo. Mercurio.

—Es la Tierra, papá.—las cejas del castaño se fruncen de inmediato.

—¿Discúlpame?—reclama alzando una ceja.—¿De dónde sacaste eso?

—Es la Tierra, papá.—repite.—Porque si no fuera la Tierra entonces no haría tanto calor…

—Oh, vamos.—se queja el hombre.—¡Claro que no es la Tierra! Es Mercurio…

—No me puedes ayudar porque tú no sabes nada, papá…

Dos suaves golpes se hacen presentes en la puerta.—Lo discutiremos más tarde.—anuncia. Christopher aparta la mirada.—Adelante.

—¡Ha salido el comercial!—anuncia Erick entrando.

—¡Tío Erick!—exclama la niña poniéndose de pie. Erick detiene sus pasos de inmediato y la recibe con los brazos abiertos cuando ella llega hasta él. Alex deja un beso sobre la mejilla del recién llegado y él le sonríe ampliamente.—Te eché de menos.¿Dónde estabas?

S.O.S Vélez en apuros.Where stories live. Discover now