Capítulo 1.

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Hola, soy Kyoka Jirou. Soy una adolescente, residente de Japón. No suelo ver a mis padres, debido a que mi padre es un cantante y mi madre le ayuda en los conciertos. De ellos proviene mi gusto por la música, además de mi quirk, que me dota de dos conectores que salen de los lobulos de mis orejas. Bienvenidos a mi vida, o como yo la llamo...

El infierno.

Muchos diréis: no puede ser tan malo. Ohh que equivocados estáis.

Mi vida hasta los 7 años fue tranquila, heredé el gusto por la música de mis padres, además del quirk de mi madre.

Pero después de una mala racha de conciertos, mis padres estaban desesperados. No teníamos mucho dinero, tuvimos que vender alguna cosa de valor.

Esto terminó cuando, sospechosamente, las empresas Yaoyorozu, la familia más rica, poderosa e influyente del país se ofreció como patrocinador de los conciertos de mis padres.

Tras varios encuentros y demás acuerdos, firmaron el contrato y los Yaoyorozu empezaron a pagar los gastos de los conciertos y así, empezamos a generar dinero.

Pero muchos otros diréis: estás forrada, de qué te quejas? Ese no es el problema principal. Mis padres y los Yaoyorozu estuvieron de acuerdo en que a los 8 años, su hija y yo fuéramos a la misma escuela.

Adelanto: no fue buena idea.

Momo Yaoyorozu, la niña más malcriada y mimada que jamas he conocido. Frente a la gente es dulce y educada, pero cuándo ella y yo estamos solas, es el diablo reencarnado.

Muchos la tratan de prodigio, por sus excelentes notas, pero nada más lejos de la realidad. Me obliga a hacerle los deberes. ¿Qué hace ella de mientras? Fácil, gastarse sus millones de yenes en ropa costosa y cosas de marca.

Mientras, mis notas bajan. Nunca he tenido ningún amigo ni amiga. Mi timidez, combinada a que me trata como a una esclava, a inducido a que no tenga ni siquiera vida social.

¿Por qué no la planto cara? Simple, retorcido y sin moralidad, pero simple. Con un simple chasquido de sus dedos puede hacer que sus padres, y por ende sus empresas, dejen de patrocinar nuestros conciertos.

Estaríamos en la mismísima ruina, nos llenaríamos de deudas, y posiblemente metan en la cárcel a mis padres por no poder pagarlas y a mi me dejen en una casa de acogida.

Tampoco puedo denunciarla por chantaje, porque sus abogados la salvarían a ella y a su familia en cualquier situación.

Me tiene siempre maniatada y sin posibilidades de hacer absolutamentenada. Es imposible salir de ese ciclo vicioso.

Hoy será diferente. Hace tiempo, me empecé a enamorar de un chico de mi clase que a veces me sonreía. Eso me hacía sentir especial, no solo un objeto. Podría estar con alguien, y, si es posible, contarle la verdad para que me apoye.

Este día el profesor no había llegado a clase, por lo que me dió tiempo a crear una especie de guión con el que poder declararme. Lo estuve haciendo y repasando para no cometer ningún fallo.

Al llegar a casa, después de la rutina de siempre, me dediqué a aprenderme de memoria el guión y no cometer ningún tipo de error o fallo.

No podía haber fallos o situaciones comprometedoras. Él siempre llegaba a clase el primero, sin faltas.

Llegué la primera a clase. Acomodé mis cosas y respiré hondo. El mínimo error podría costarme todo el esfuerzo que había logrado durante toda la tarde.

Iban llegando los alumnos, me tensaba. Me ponía nerviosa de tan solo pensar que le podría haber pasado algo o que no viniese hoy.

Tampoco vi a Momo, mi sufrimiento vivo. Esa situación me estaba empezando a dar mala espina.

De repente, ambos entraron....de la mano....

Momo: hola clase!!- dijo alzando la mano que tenía compartida con el chico- mirad, ahora somos pareja, no es genial?

El chico...simplemente sonreía con timidez y vergüenza. De mientras, su séquito de pijas empezó a felicitarlos.

Sentí...como si mi corazón dejara de latir...¿tan bajo había caido Momo, como para espiar mis apuntes, y salir con él? Parecía ser que sí. En ese momento solo quería salir corriendo de clase y tirarme de algún rascacielos  o de un puente. No quería para nada morir.

Al fin, entendí uno de los motivos. Yo soy poco femenina, soy una estúpida tabla rockera que no tiene nada de valor.

Quería morime ahí, no le importaba a nadie. Estaba segura de que mis padres me mantenían por pena.

Empecé a llorar silenciosamente, pero noté como Momo se acercaba a mi sitio silenciosamente y me susurraba algo.

Momo: perdona tabla, no sabía que te gustaba este bombón, pero tú no eres nadie en comparación a mí, serás mi esclava, controlaré tu vida, te convertirás en mi...marioneta- dijo para posteriormente reirse burlonamente y después sentarse en su sitio.

En ese momento, todo en mí se quebró. Pero cuando salí de clase, los vi intercambiando...dinero.

Momo: toma, como habíamos planeado- dijo entregandole el dinero.

Chico: jaja gracias, en serio la tabla gótica esa se enamoró de mí? Jajajajajaa que estúpida no?- dijo burlandose.

Momo: sí, jajajjajajaja es muy inútil e inservible jajajajajja- contestó mientras salía de las clases.

Después de eso, me fui a casa corriendo y llorando a mares. Tenía suerte de que mis padres no estuvieran en casa.

Hice los deberes de mierda de Momo (si no todo se iba a la mierda) y me puse en posición fetal en mi habitación mientras lloraba.

Estábamos a finales del curso, por lo que en 10 meses aproximadamente tendría que ir al exámen de admisión de la U.A., la academia de héroes más prestigiosa de Japón.

En fin, tendría que entrenar...

Fin del capítulo.

Como anda la mafia? Que os parece la idea de esta nueva historia? Leo vuestras opiniones y críticas!

Perfecta tal y como eres: Justicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora