Cics: La iglesia del Brillo

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Mientras Alex dormía hecho bolita, a su lado Juana pensaba a toda prisa cómo conseguir dinero para el viaje.  Sabía que tenía muy poco tiempo para obtenerlo, y después de mucho pensarlo, se dio cuenta de que no había forma posible. 

Solo quedaba una opción restante.

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*Suspenso*

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Juana se arrodilló junto a la cama y comenzó a rezar como la tía May cuando explota. Entonces pidió al dios de la iglesia del brillo, que le hiciera el milagro de tener dinero de inmediato. Esperó y esperó, pero nada ocurrió, y justo cuando entraba en desesperación y comenzaba a llorar como tantas personas a esas horas de la madrugada, vio la solución, la gran solución que su iglesia le ofrecía. 

Tomó las llaves del auto de Alex y se lo llevó, confiada de tener la solución, y de que cuando volviera con su horrenda canción estaría tan orgulloso de ella que no le importaría si se robó su auto. Juana condujo hasta el otro extremo de la ciudad y llegó al edificio cede la iglesia del brillo, forzó el candado de la entrada y una vez dentro dio las gracias por el milagro que se le había cumplido. 

¿Cuál era esa solución?

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Su salida era robarse las limosnas de la iglesia del brillo, que en total era tanto dinero, que Juana pudo tranquilamente comprarse una casa y no volver nunca con los pinches Turner. Sin embargo, algo en su corazón le decía que debía volver, y ella se dejaría guiar por eso, aunque fuera una decisión tan estúpida como esta historia.

Tenía que darse prisa, porque en su religión Dios no era omnipresente, solo podía estar en un lugar a la vez, esa era la razón por la que luego no atendía los milagros, andaba ocupado el don. Entonces, al invocarlo en la habitación de Alex se unió a una cola de espera, y para cuando Dios atendiera su turno, ella estaría llevándose el dinero de la iglesia. Lamentablemente Dios atendía las citas a una velocidad de 5 segundos, así que si no se daba prisa Dios regresaría al templo y la encontraría en la movida. 

Juana vacío todas las alcancías de donaciones en una mochila de Barbie: Fairytopia y corrió de vuelta al auto esperando que su Dios no la hubiera visto.  Arrancó el auto, y como en película, dio un volantazo para unirse a la calle y dirigirse a velocidad máxima hacia el aeropuerto. Cuando Juana estaba a tres cuadras de distancia regresó Dios a su iglesia. 

El poderoso dios odiaba el turno nocturno, que era mucho más pesado que el del día, porque le llamaban los depresivos, los que tenían insomnio, los que escucharon un ruido en el comedor, los que vieron Dross, los que soñaron feo,  los que se masturbaron y les dio culpa, y los que atendían turnos nocturnos y estaban hasta la madre del trabajo. De hecho, a veces dios se rezaba a si mismo deseando que ese turno acabara, pero desde que la iglesia del brillo se internacionalizó, tenía que atender los países de las distintas zonas horarias. Lo peor es que tuvo que aprender chino y japonés para atender a sus feligreses del otro lado del mundo. A veces le daba flojera traducir y directamente les dejaba mil dólares debajo de la almohada pa' rápido.

Bueno, el punto es que Dios regresó a la iglesia, aventó su gorro de empleado y se sentó en un trono gigante de oro que le habían hecho. Es necesario mencionar que Dios se alimentaba a base de monedas de oro y billetes de 500 euros, para eso eran las limosnas. Así pues, Dios agarró una de las alcancías, vio que estaba vacía y tomó otra. Después de revisarlas todas razonó, y enfureció al creer que sus feligreses no le dejaron nada, así que con toda su ira hizo temblar la ciudad.

El temblor despertó a Alex y se incorporó sobre el catre. Después gritó muy enojado.

- ¡Carajo Yalitza! ¡Te dije que no invoques a tus dioses mixtecos! ¡Ya está temblando!

Luego se volvió a dormir.



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Son las tres de la mañana, mala hora para blasfemar.

Igual, la vida es un riesgo carnal.

Dos Mujeres, Un camino. (Alex TurnerxYalitzaAparicioxAnneHathaway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora