Capítulo ocho.

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Ya, quizás eso no fue lo mejor que Noah pudo haber dicho

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Ya, quizás eso no fue lo mejor que Noah pudo haber dicho.

Nop, para nada. Pensandolo bien, creo que no podría haber dicho algo peor; a no ser que se le declarase a Caelia, era mejor que se peleara con Mason que con Massimo.

—El gilipollas romanticón lo admitió, espera, deja sorprenderme. —gruñó mi novio apretando los puños.

—Y el gilipollas cabrón sabe hablar —soltó Noah con altanería —Asi que fue un berrinche después de todo hacerle la ley del hielo a tu novia.

—Noah —me lamenté masajeando mis sienes.

—No te metas donde no te llaman —Mason se puso de pie y el pelinegro lo imitó de inmediato. Noah era un poco más alto, por lo que cuando quedaron frente a frente, mi novio tenía que mirar hacia arriba.

—¿Para que tienes novia si la tratas como una mierda cuando te da la puta gana? —la mandíbula del amigo de Mattia palpitaba —¿Recuerdas la ultima vez? ¿Cómo te quedó la nariz, por cierto?

—¡Noah! —chillé cuando vi la mano de Mason levantarse para golpearlo. Por suerte, Santino lo sujetó a tiempo y posicionó la manos detrás de su espalda.

—Ah, me iba a pegar —Noah se acercó amenazante y sonriendo com desprecio. Sus narices se rozaban y Mattia se haya a cerca en caso de que tuviese que parar a su amigo, aunque lo dudaba, por lo que sabía, una había iniciado una pelea —¡Golpéame a ver si te dan los huevos para algo!

—Madre mia —mascullé.

—No te golpearé, por que eres tan cobarde no se atreve a enfrentarme. Además, ya comprobamos que soy muy capaz de dejarte tirado ene el suelo ¿no? —sonrió burlón —Muy hombre para algunas cosas y para otras no tanto ¿No crees, Mason?

—¡Noah, cierra la boca! —exclamé para que dejase de atacar a Mason que ni siquiera se molestaba en responder a sus pullas.

La vista del pelinegro cambió de mi novio a mi, negó con la cabeza con la mandibula tensa; pasó por mi lado sin rozarme con dirección a la casa.

—Eso fue... intenso ¿No crees? —preguntó Caelia a mi lado cuando estabamos arropadas para dormir.

—Ya —suspiré negando con la cabeza —Noah no tendría que haber dicho eso. —observé la expresión de mi amiga y distinguí esa típica expresion de cuando no estaba decidida acerca de algo —¿Qué?

—Tía, si es que ha sido muy romántico.

—Obviamente que piensas eso —mascullé.

—Es que lo fue. Hasta a mi se me retorció la tripa. —Caelia se sentó en la cama —Dijo a bocajarro que ligaría contigo, luego le dijo sus cosas a la cara a Mason, y ya se han pelado antes ¿Que no oíste? Seguro que fue por ti ¡Vives una película, Romita!

Una estrella más brillante [Vittale #1] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora