Capítulo veinte.

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—¡Santino! Dios, Logan trae el agua rápido

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—¡Santino! Dios, Logan trae el agua rápido.

¿Que cómo llegamos a que mi hermano yace medio inconsciente en el piso? Deja te explico.

Las semanas después del incidente con Noah pasaron totalmente normal, nuestras interacciones eran las mismas, reíamos, nos pinchamos, peleábamos. O al menos tan normal como pueden ser con nosotros.

Me reconcilié con Mason, nuevamente y confirmamos las sospechas de que Caelia está completamente embarazada, según seis test de embarazo.

Antes de que llegaran de la caminata había utilizado la siesta de Noah para salir a comprar a la farmacia más cercana y una vez que Caelia llegó a casa se encerró en el baño anexo a la habitación y... pues.. hizo lo suyo.

—Roma, ve tu, yo no puedo.

Resulta que me acerqué al lavamanos donde seis test de embarazo me saludaban con sus dos rayitas rojas.

—Satélite... yo seré la madrina.

Después de eso Caelia lloró un poco, quizás más de un poco, pero luego comenzó a reír, aunque luego lloró de nuevo; en resumen mi amiga tenía seis semanas de embarazo y era un enredo de emociones.

Me pidió amablemente si podía dejarla sola y le consedí eso; rato despues Massimo subió como un vendaval las escaleras y lo que pasó despues es un misterio para mi.

Finalmente hoy, dos semanas después, Caelia y Massimo le darán las noticias a los demás chicos. Mis tíos salieron, por lo que era el mejor momento para soltar la bomba.

—¡Chicos! —nos llamó Massimo —Vengan a la sala, tengo que decirles algo.

Uno a uno nos fuimos acomodando en los sillones de la sala mientras Caelia y Massimo se quedaban de pie en el centro de ella.

—¿Qué pasa? —preguntó Mattia mientras se sentaba

—¿Qué harán dentro de siete meses y medio? —fue lo único que dijo Massimo.

—¿Tío, pero de qué coño hablas? —preguntó su mellizo alzando una ceja.

—¿Les gusta el nombre Liberty? Porque a mí me encanta —prosiguió Massimo hablando de cualquier cosa, supuse que estaba tratando de amortiguar un poco el golpe.

—Massimo...—pero lo que sea que Santino iba a decir se vio interrumpido por la voz de Massimo nuevamente.

—¿¡Te gusta el nombre Liberty?! —sus ojos estaban gigantes y sus dientes apretados, realmente parecía sacado del manicomio diciendo tanta estupidez junta.

—Ah, claro...—respondió Santino receloso.

—¡Bien! —Massimo aplaudió sonriendo, en calma otra vez —¡Porque cabe la posibilidad de que tu futuro sobrino se llame así si es niña! ¿No es fantástico? Realmente creo que es un nombre muy bonito ¿tú que piensas cariño? —mi hermano se volteó hacia Caelia, pero Santino ya estaba entrando en la semi-conciencia.

Una estrella más brillante [Vittale #1] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora