[2da temporada] solo piénsalo.

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-Maldita sea... - se quejo el peloblanco en voz baja, había pisado un par de hojas secas por error.

Se había esperado hasta altas horas de la mañana para asegurarse que todos sus alumnos estuvieran dormidos. No quería que absolutamente nadie se percatar de su escape.

Observo a su alrededor y se hundió en el silencio durante un par de segundos. Una vez que no escucho ni vio nada sospechoso, suspiró aliviado y siguió con su misión de ir a buscar a Jungkook.

Salió del territorio del campamento con una linterna en mano.

Quizás debí esperar a que se acabará el concurso, está isla es grande y seguramente no encuentre el campamento de Jungkook... Se mordisqueo nervioso la uña del dedo pulgar.

Jimin dió unos cuantos pasos más y, de forma inesperada, encontró una luz de fogata no muy a lo lejos.

-Es imposible que en esa enorme cabezota haya un pequeño cerebro... - se carcajeo con una pizca de molestia el mayor.

Con cautela se adentro en el territorio de Walmsely, buscando la carpa de Jungkook.

Susurró el nombre del profesor un par de veces, sin embargo, no había rastro alguno del pelirrojo.

Jimin chasqueo la lengua con fastidió, ¿Cómo es que se podía perder un hombre tan corpulento?

Decidió desistir y, conociendose perfectamente, sabría que a este punto no podría dormir, así que decidió ir al único lugar en esa isla en la que podría estar solo.

No pasó mucho para que pudiera encontrar la cascada, observo el lugar con melancolia y se sentó en aquella roca para observar con más comodidad.

Era gracioso, estaban en el lugar en donde habían empezado, sin embargo, todo se sentía diferente... Jungkook y él ahora eran pareja, y el pelirrojo no podía ser el mejor candidato para el puesto.

Y mientras Jimin se sumia en recuerdos, dos enormes manos se deslizaron por sus hombros y, de un rápido movimiento, esas enormes manos cubrieron los ojos del peliblanco, descolocandolo completamente.

-¿Quien soy? - pregunto Jungkook.

Jimin sonrió con alegría y, casi de forma inmediata, Jungkook le soltó y se sentó a su lado.

-Parece un mal chiste, ¿No? - pregunto Jungkook, abrazando con un solo brazo alrededor del cuello de Jimin.

-Si... - sonrió Jimin, justo después bajo su cabeza, recordando la noticia que tenía para Jungkook, preguntándose cómo reaccionaria.

-¿Sucede algo? - pregunto Jungkook, algo preocupado.

-No... Es que... Ha... - titubeo Jimin.

-Sabes que puedes decirme lo que quieras. - añadió el pelirrojo, besando la frente del más bajito.

-Lo sé~ yo... El... El director Rogers me ofreció ser su sucesor, y... Quería saber qué pensabas. - confesó finalmente el profesor Park.

-¿Qué que pienso? Jimin, es maravilloso el ascenso, muchas felicidades, te lo mereces. - abrazo con cariño Jungkook a su novio.

Jimin sonrió de par en par, le alegraba saber que Jungkook no se oponía a la idea.

-¿Estás seguro? Es decir... ¿La relación no se volverá más pesada para ti? - pregunto de nuevo un nervioso Jimin una vez que Jungkook se separó de él.

-¿Para ti si? - Jungkook peino hacia atrás el cabello de su novio desinteresadamente.

-No... Solo... Preguntaba. ¿Sabes que? Tienes razón, no voy a dejar que mi puesto me prohíba amar a quien quiera. - se decidió Jimin, a lo que Jungkook sonrió.

-Así me gusta. - celebró Jungkook, contento por la determinación de Jimin. - Hablando del puesto de director, mi jefe recibió un correo algo extraño...

-¿Cómo así que extraño? ¿Revisaste su correo? Que grosero, Jeon Jungkook. - reprendió de forma divertida el más bajito.

-No, lo revise por accidente. El caso es que... Había un par de documentos y... Unas fotos... Fotos de Stuart Walmsely y... Chio Saito... - explico el pelirrojo, tratando de recordar las fotos que más le habían llamado la atención.

-¿Y eso que tiene de extraño? El señor Walmsely y Saito se conocían desde niños. - explico Jimin, confundido por la actitud tan extraña de Jungkook.

El más alto suspiró y se tomó un par de segundos para acomodar sus ideas. Jimin no veía extraño que el director recibiera fotos de los fundadores. Así que empezaría por otro camino.

Se inclino un poco hacia Jimin, como si estuviera a punto de susurrarle el secreto más resguardado del gobierno.

-¿No te da curiosidad saber cuál fue el origen de la pelea entre los fundadores? Tu universidad y la mía tienen versiones distintas... Muy distintas, a decir verdad. - comenzó el pelirrojo.

Jimin medito la pregunta, es decir... Sí, ambas universidades tenían versiones distintas, al parecer. Versiones que pintaban de villano al fundador contrario. Era extraño... Pero nunca se detuvo a pensarlo.

-Es extraño. Pe~pero, si hay gato encerrado quiere decir que el director Rogers le está mintiendo a la prensa, y mi jefe no es un mentiroso. - dudo Jimin.

-Jimin, hasta hace poco yo creía que mi jefe tampoco lo era. Pero piénsalo bien, ¿Con que propósito alguien enviaría fotos de los fundadores antes de la pelea al director de Walmsely actual? Quizás sea conveniente que te conviertas en el nuevo director de Saito, tal vez te cuente el secreto. - especuló Jungkook, tomando de las regordetas mejillas a su novio y engatusandolo con su melodiosa voz.

-Jungkook. - se carcajeo nerviosamente Jimin, el hombre estaba demasiado cerca de su rostro.

-Solo piénsalo, ¿Si? - cedió Jungkook, quizás estaba agobiando con demasiadas preguntas al peliblanco.

Jimin asintió, creyendo inocentemente que al cambiar de tema, Jungkook se alejaría un poco de su rostro. Sin embargo, eso no sucedió.

Poco a poco sentía como el rubor se hospedaba en sus mejillas, intentando disimular para evitar pasar vergüenza. Pero eso solo hizo que Jungkook reparar en lo que estaba haciendo, y de forma abrupta se separó de Jimin.

-¡Lo~lo siento! No fue mi... No fue mi intención. - se disculpo con nerviosismo el más joven.

Jimin asintió con vergüenza y desvío la mirada, avergonzado.

Ambos se dedicaron a permanecer en silencio, nerviosos y ruborizados.

Después de varios segundos de incomodidad, ambos se observaron a los ojos.

Y en cuestión de tiempo, la distancia que los separaba de fue acortando poco a poco. Llegaron al punto en que, de nueva cuenta, Jimin se encontraba sobre las piernas de Jungkook, ambos besandose lenta y cariñosamente.

Prontamente Jimin fue dejando un camino de besos, desde los labios de Jungkook hasta su cuello.

Y aunque Jimin ya había perdido el razonamiento, Jungkook solo podía pensar en lo difícil que sería hacer esto en medio de la isla.

Lo que tenía pensado era arriesgado, pero realmente quería hacer esto con Jimin.

Lo separó, sacándolo del trance.

-Vamos a mi tienda de campaña. - pidió un jadeante Jungkook.

Jimin, aún sin razonamiento, solo asintió rápida y desesperadamente.

¿Cómo es que hicieron para entrar a la tienda de Jungkook sin ser vistos? No sé sabe.

Una vez estuvieron dentro, la acción comenzó.

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En el próximo capítulo: la acción XD.

Amor entre profesoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora