compartir isla.

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-¡No! Definitivamente no. Director Rogers, no podemos permitirnos compartir la isla con esos imbéciles de walmsley. -se quejo el profesor Russo, dando vueltas alrededor de la habitación, peinandose el pelo hacia atrás en señal de estrés.

Los profesores alrededor concordaron con el he inmediatamente empezaron a dar sus opiniones.

Jimin, por su parte, no se preocupaba mucho, el profesor Russo era el prodigio del director, y siempre le cumplía sus caprichos.

En estos momentos, su preocupación más grande era que se le helada la sopa.

El director miro a todos sus maravillosos y apasionados profesores mirarle con enojo he indignación.

Jimin sonrió en sus adentros, era imposible que frente a la presión de sus profesores y que en parte, ellos tenían razón, era una completa grosería por parte de los moderadores de la isla juntar a las dos universidades rivales, el director aceptará compartir terreno con los walmsley.

En lugar de que su tupido bigote se abriera paso para decir que iba a hacer algo al respecto, como jimin esperaba. Aquel hombre se levantó de su silla y golpeó el escritorio, gritándole a todos los adultos que tenía en frente.

-¿Que les pasa a todos ustedes? ¡No lo entienden! Esta es nuestra única oportunidad de demostrar de una vez por todas, cual universidad es la más calificada. Basta de recorres y vean todas sus posibilidades, damas y caballeros. - Exclamó.

La sala se quedó callada, y solo unos cuantos susurros se escuchaban.

Los ojos grisáceos y apagados del hombre se pasearon lentamente por la habitación, analizando las muecas de aquellos que empezaba a convencerles la idea.

Hasta que se clavaron en el elegante cuerpo del señor park jimin, quién lucía absorto en terminar su sopa.

-Profesor park, ¿Que opina usted de lo que acabo de sugerir?

El profesor tosió ante su repentino llamado, dejo su desayuno de lado y se levantó en posición de firmes.

En realidad, no sabía que pensar o decir, todo esto estaba pasando demasiado rápido.

Ojeo a su alrededor y solo pudo ver a su amante mirarle espectante, jimin sabiendo que quería que respondiera.

-¿Y bien? Usted es mi profesor más razonable, confío en su juicio. - lo saco de su transe.

Ante aquellas palabras, jimin tenía las peso en sus hombros.

Miro especificamente a su jefe. Un hombre que concideraba más su padre que su propio padre.

Miro a sus piesitos, aún no sabía que era mejor para Saito.

-Hijo. - le llamo el hombre, casi suplicante.

Jimin sonrió y se rascó la nuca, nervioso por las palabras que iba a decir.

-Yo digo que es buena idea. - ante los susurros en contra de sus compañeros, procedió a excusarse. - Piensenlo bien. Profesor Russo. - le llamo, este mirandole con descontento. - Le pregunto, ¿Usted está convencido de que Saito es mejor que Walmsley?

El hombre asíntio en silencio, aún sin mirarle a la cara.

Y jimin continuo, está vez dirigiéndose hacia el resto de profesores.

-Entonces no debería haber probelma en esas competencias. Esto es lo que quiere Walmsley, que nos acobardemos. Quejarnos de su presencia solo les hará creer que les tenemos miedo, ¿No lo creen?

Amor entre profesoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora