Me enamoré de un asesino. (Nash Grier y tú)

Parte 18

~ Narras tu ~

No fuí a la escuela en toda la semana, no podía. Me torturaba a mí misma, hasta era capaz de arrancar mi propio cabello cuando mis amigos venían despues de la escuela a ver peliculas y pasar el rato.
Nathan no me había hablado, el venía a mi casa con una sonrisa fingida. No sabía en que lo había convertido, no podía estar con el como solíamos estar antes, no era... no era yo misma. Practicamente era como una asesina que dejó al hombre que amaba tomar toda la culpa de hace un mes. Sólo pasé un mes junto a Nash, parecía como una eternidad. 
Miré por la ventana de mi habitación y ví el horizonte, algo que mis ojos no merecían ver, algo que Nash no podría disfrutar conmigo, no sabía que me estaba preparando mi futuro, no podía vivir así más. Recargué mi cabeza contra mi ventana. 
¡Vamos _______! Ni siquiera ha pasado un mes. Suspiré, en verdad necesitaba ver a Nash... pronto.

~ Narra Nash ~

Pensaba en mi vida, después en mi vida, luego en mi vida, luego en... ¿amor?
Sacudí mi cabeza, no podía hacer otra cosa más que pensar en _______. ¿Qué estaría haciendo? ¿Con quien estará?
Me tallé mis ojos con mis manos, tenía que encontrar una manera para... De repente la puerta del pasillo se abrió, salté por el ruido, estaba todo en silencio pero ese ruido de la puerta era muy molesto. Alan estaba molesto entonces, escuché los pasos acercarse, diferente sonido, entonces no, no era alan.

~ Narra Alan ~

Salí de la oficina del superior, Martin Miller, suspiré. Caminé hacia la sala listo para ver a Nash. No le mentiría a ese chico, lo iba a ayudar, ayudarlo a ser un mejor hombre, como una vez hicieron con migo.
Me estaba obsesionando con el caso de Nash, y más ahora que sabía la verdad. Si no hubiera sido por la ayuda de Miller para darme más tiempo, no sé como hubiera podido ayudar a Nash, Miller me conocía muy bien, el no me ayudaria sin razón alguna. Ni siquiera me preguntó razones.
Caminé hacia la cafetería, iría por dos cafés y algo de pan, después me dirigí hacia la celda de Nash, no tenía tanto tiempo para hablar con el detalladamente, tenía mas trabajo.
Entré al edificio hacia su celda, después llegué la puerta, puse los cafés y el pan en una mesa y abrí la puerta, de repente escuché algo dentro, alguien estaba en el pasillo, entré y abrí. Para mi asombro, era Stewart, tenía ambas manos en sus bolsillos mientras se recargaba hacia atrás, escuchando y gritandole a Nash.

Alan:¿Qué estas haciendo aquí Stewart?.- pregunté. Stewart me miró sorpendido levantando sus cejas.
Stewart:Este chico está loco ¿Para qué lo haz estado utilizando?.- preguntó. Estaba bromeando, hmm.
Alan:Me está dando información sobre mi objetivo. Algo que no se te asignó a tí ni es de tu importancia. Y te voy a estar vigilando Stewart, podría parecer sospechoso de cualquier otro punto de vista.- le advertí, se quedó un poco inmovil y se alejó de Nash.
Stewart:¿Sospechoso eh?.- Me regresó mis palabras. 

Había algo que estaba pasando entre un criminal y el, nadie me había dicho nada, solamente lo sabía. Stewart dedicó una ultima mirada a Nash y se fué, la puerta se cerró y me acerqué a Nash.

Alan:¿Qué le dijiste?.- le pregunté a Nash, era obvio que Stewart buscaba respuertas.
Nash:Nada, solo que...- suspiró molesto y cubrió su rostro con sus manos.
Alan:hmm, tengo mis sospechas de él.- le dije.- No te preocupes, Stewart no nos descubrirá. 

Traté de calmarlo, podía ver su expresión en su rostro, sonreí y salí del pasillo para ir por la comida, entré y abrí su celda. 
Confiaba en que el era lo suficientemente inteligente para no causar una escena, entré y le dí el pan y el café. Me recargué contra la pared y tomé un trago a mi café, Nash miraba la comida y tomó un trago tambien, era interesante ver que cada vez confiaba más en mí, y más y más. Me recordaba a mí mismo. Vi como mordía el pan.

Alan:Bueno... sobre mi vida...- miré mi reloj .- aún tengo tiempo para contarte.

Me senté recargado contra la pared mientras el me veía.

Alan:Pareces ser bueno leyendo la mente.- le dije. Nash se encogió de hombros.- Dime, ¿Qué podrias decir de mí?.- le pregunté, el solo pensó en silencio.
Nash:Que... eres confuso. Nada de lo que sé de tí concuerda.- admitió Nash honestamente. Sonreí.
Alan:Talvez no desde que... yo fuí como tú alguna vez. 

Continuara...