Parte 20

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~ Narras TÚ~



Me senté en el sillón mirando televisión, había adelgazado, según decía mi mama. No me había dado cuenta.
Miré las caricaturas que solía ver cuando niña, sin reirme o sonreir. Hize eso por un buen rato, después solo paseaba por la casa y pretendía no tener vida. Pero, ¿en verdad la tenía? Por el momento, no.
Miré la TV y escuché un golpe en la puerta, me levanté lentamente y me asomé, me sorprendió por un momento ver quién era, Nathan. Cuando lentamente la abria me miró a los ojos y rápidamente miró a lo lejos.

Nathan:Hola..._____. Me preguntaba si.. tus papás estan en tu casa.- me dijo, no me miró. ¿Estará evitandome?.
Tu:No estan por el momento Nat.- me sorprendió lo debil que mi voz sonaba. Nathan levantó su mirada rápidamente y asintió, después se volteó. - ¿Te puedo ayudar en algo?.- pregunté. Se volteó hacia mí lentamente.
Nathan:Mhmm, solo quería saber cuando sería el momento adecuado para traer a Leo de regreso.

Leo, mi perro. Lo había olvidado completamente. Recordé a Gio entonces, el perro que estuvo con Nash y conmigo todo este tiempo.

Tu:Oh, bueno, lo puedes traer como quiera.- le dije. 

Nat me miró a los ojos y sentí algo extraño, Nat asintió y se fué. 
¿En qué me había convertido? ¿Qué estaba pasando conmigo? Sentí lagrimas en mis ojos, tenía que detener todas mis emociones, me estaba volviendo loca. 
Cerré la puerta y esperé que regresara, luego ecuché la puerta 20 minutos después, me levanté y la abrí, mi perro ladró una vez cuando me vió y comenzó a mover su cola, abrí la puerta y Nathan soltó a Leo, la cerré cuando lo ví caminar hacia la puerta.

Tu:Adiós Nat.- le dije. 

Las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera decir otra cosa, Nathan se quedó inmovil frente a la puerta, se dió la vuelta y me miró a los ojos, sonrió, y se fué. Así nadamas, me molestó un poco. Su nueva actitud me hacían sentir culpable, después me dirigí a mi habitación, donde nadie pudiera hablarme.

~ Narra Nash~

Esto era tan aburrido. Sentarse en una celda, solo hacía eso, la comida era terrible, las duchas tenían tiempo limitado, mis pasos eran limitados. 
Pero lo único bueno de esto eran las visitas de Alan, el continuaba visitandome en mi celda, había aprendido mucho de el, de sus experiencias en la vida y de nuestras conversaciones. Tenía fé en el, y no era algo bueno, nunca había confiado en nadie más que en mí mismo. Alan estaba cambiando la manera en que veía las cosas, era como un ídolo o un ejemplo a seguir, uno bueno. 
Comenzé a ver las cosas a su punto de vista y conseguí una buena perspectiva en cómo había vivido el. Ya había pasado una semana, Alan parecía estar al pendiente en cuando a venir a verme, en verdad era un hombre que me hubiera gustado tener como un miembro de mi familia, como un hermano, el no me hubiera dejado hacer cosas malas, ni me haría daño. Por primera vez en la vida, quería saber lo que se sentía tener una familia. Tenía a _______, pero ella era mi hogar completo, solo que ya no la tenía conmigo jamás.
Era jueves, eso me había dicho Alan, me quedé inmovil con un pensamiento repentino, quería hacerlo, necesitaba hacerlo. Tenía que decirle sobre mi decisión, dudé un poco, este era el momento perfecto. Ambos estabamos sentados platicando mientras el me decía las nuevas noticias de Ben, sus nuevas locaciones. Luego se detuvo, estaba prestandole atención, pero tenía que decirle algo.

Nash:¿Alan?.- le dije, me volteó a ver. - Yo...- dudé un poco, era algo dificil de decir, peor que una declaración. Alan sabía que algo estaba pasando, esperó paciente. - Yo...

Continuara... 

Me enamoré de un asesino. (Nash Grier y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora