CAPÍTULO 2

6 1 0
                                    

Me encierro en mi habitación y no salgo ni cuando escucho que los invitados se van, debo acatar la orden y si no se solicita mi presencia de nuevo es por algo.

Recuerdo la mirada azulada del tipo, sus ojos eran penetrantes e imponentes. Aun así evitó pensar en él, nunca lo había visto y la mirada de mi padre me dice que no me quiere cerca, no es extraño para mí ser excluida cuando del negocio familiar se trata, así que solo respiro y me cambio la ropa, me desmaquillo y voy en busca de mi madre.

Sé que debe de estar en su habitación, así que me encamino a esta y como esperaba ahí está en la cama recostada viendo algo en la televisión, doy unos pequeños toques a la puerta para llamar su atención y ella voltea a verme pausando lo que sé que está viendo

-¿cómo fue la cena? –mis padres duermen en habitaciones separadas y sé que se quieren a su manera, por eso siguen juntos, pero también sé que no se aman y que mi padre ve a otras mujeres los fines de semana, mientras que los días de eventos o fiestas él luce a la esposa ejemplar que es mi madre como si fuéramos la familia perfecta

-no se decirte. Tal vez padre te diga más tarde -frunce el ceño, pero asiente y palmea la cama para que me siente a su lado

No siempre tienen tiempo para mí o mi hermana, por lo que no lo pienso dos veces y avanzo hasta la cama, me acuesto a su lado y acaricia mi cabello, estos momentos son los que atesoro demasiado ya que no siempre es así, la mayor parte del tiempo son gritos regaños y demandas de su parte para que yo cumpla cosas que no quiero.

-supongo que tu padre dio la noticia y te corrió- creo que eso hubiera sido mejor

-algo así, les dio la medió noticia, pero un señor llego y me solicito salir, tal vez venga a decirte que fue lo qué pasó

-tal vez...- mi madre tiene 46 y el matrimonio de ellos como él que quieren para mí fue planeado, para que ganaran más dinero la familia de ambos, lo bueno es que a ella le toco un marido bueno dentro de lo que cabe, pero nunca se sabe, por lo que yo he hecho de todo para que se les borre esa idea, ya que yo amo a Oliver y es con el que me quiero casar

Mi madre le quita el pausa al video y una película sigue avanzando nos concentramos en ella hasta que una sirvienta entra

-señora, el señor rose la busca en su despacho - mi madre asiente y se levanta

-ve a tu habitación y descansa, ya hablará tu padre contigo mañana- y como siempre acato la orden como se me solicita, sin protestar voy a mi habitación donde me preparo para dormir, pero antes de apegar la luz llamo a Oliver, el cual no contesta y no ayuda a mermar mi mal humor que tengo desde que desperté, al tercer intento me rindo y apago la luz recostándome en la cama, pienso qué tal vez mañana sea un día mejor y con ese pensamiento me quedo dormida.

El desayuno lo tomo sola, porque mis padres están encerrado en el despacho hablado de quien sabe qué y mi hermana debe tener una resaca horrible, así que cuando termino subo una bandeja para ella.

-buen día- la sacudo y ella se queja

-no grites -me rio y la destapo ni siquiera sé quito el vestido que le preste, su cara es un desastres y cuando abre los ojos los tiene muy rojos

-¿buena fiesta?

-lo fue-sonríe ampliamente y sé que debió pasar algo bueno

—Cuéntame —la codeó y se cubre la cara

—me beso —grita feliz y yo la animo a que me cuento la historia completa —bueno debo admitir que los dos estábamos pasados de copas, pero me confesó que eso le dio el valor que le faltaba para decirme que le gustaba, todo la noche bailamos y estuvimos juntos, fue increíble no te imaginas como besa —la codeó no tiene vergüenza y no la juzgo yo tampoco la tengo cuando se trata de ella

CONTIGO EN EL MEDIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora