CAPÍTULO 23

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Nos movemos en un pequeño yate a otras islas próximas. Solo somos nosotros dos solos y la persona que maneja este yate.

Después de desayunar juntos salgo a la superficie y tomo algunas fotos, la vista es increíble, el mar azul cristalino, los pájaros volando encima de nosotros mientras cantan, el sol en su máximo esplendor bronceándome la piel y el exquisito aroma a mar que me encanta, todo es perfecto incluso la compañía

-pensé en que primero podríamos snorkelear

-suena estupendo – no creo que alguien pueda quitar la gran sonrisa de mi rostro

-podíamos nadar con mantarrayas- abro los ojos – si tú quieres claramente

-suena interesante – me rio – ¿es seguro?

-nunca te pondría en peligro – la calidez de sus palabras se extiende por mi pecho, es tierno y lindo cuando quiere pero también puede ser un hombre gruñón, insolente e imponente, es claro que me agradan sus dos lados de cierta manera

-es bueno saber eso – me siento a su lado bebiendo de mi jugo

-en la tarde tal vez podríamos regresar y

-¿porque no nos quedamos aquí?

-¿en el yate? – Asiento – bueno tendría que sobornar a algunas personas y tal vez retrasar los planes de mañana pero - le hago puchero y el suspira – sí, no quedaremos aquí, solo déjame resolverlo con el capital

-bien, de hecho porque no dejas de hacer planes y dejas que las cosas fluyan

-cielo si no hago planes no tendremos suficiente tiempo para

-que importa, solo disfrutemos de lo que podamos

-para disque ser una mujer de negocios eres muy desordenada

-no tiene nada que ver- sostiene mis mano con delicadeza pasando su dedo pulgar por ella

-tienes razón, aún no hemos visto cómo te despeñas laboralmente

-pronto lo sabrás

-puede ser – besa mi mano y la suelta mientras veo como estacionan el yate al que es nuestro destino

Tomo mi bolso, me coloco mi gorro y lentes. Y camino para salir del yate, un guía turista nos espera solo bajando el yate y Nicolás como ayer, toma mi mano en la primera oportunidad que tiene y sé que no piensa soltarme

-señor y señora Franco, mi nombre es Peter y yo seré su guía turista – Peter es un muchacho joven, lo cual me sorprende considerando el trabajo que tiene, tienen el cabello rizado y una linda sonrisa

Mientras nos guía hacia nuestra primera actividad del día, nos cuenta cómo es que surgió todo lo de las islas y cómo fue que se descubrieron. Entusiasmada le sigo el ritmo mientras pregunto con entusiasmo, Peter es amable y no se niega a contestar e incluso tiene respuestas para todo

-me alegra que se decidieran a snorkelear sinceramente es lo primero que recomiendo que hagan – nos cuenta mientras nos tiende lo que vamos a necesitar – ¿necesitas ayuda?

Asiento, pero ni siquiera termina de acercarse cuando Nicolás lo aparta y no con mucha gentileza, le pido perdón con la mirada mientras dejo que Nicolás me ayude con las aletas. Me he quitado el vestido y estoy con el traje de baño blanco, mientras que Nicolás esta sin playera dejando que el mundo entero vea su abdomen bien trabajado, su bañador es color azul y me encanta el contraste que hace con sus ojos. Me entregan los visores y Nicolás toma mi mano desocupada, mientras nos indican por dónde ir, con el calor el entrar al agua es la gloria, nos movemos a donde nos piden y entramos al agua. Observo mi alrededor no logro ver el fondo, pues el tono azul se va volviendo más intenso mientras desciende, aun así no soy temerosa al mar, es algo que me fascina, empiezo a mover mie pies y Nicolás nada a mi lado

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