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—¿Por qué te volviste veterinario? —Se atrevió a preguntar para romper el silencio. Jungkook desvió la mirada del hombro del híbrido para observar sus ojos, sonriendo levemente para después volver a su trabajo.

—Bueno, no hay una razón específica —se sinceró, recibiendo una mirada curiosa del contrario. Presionó suavemente sobre la piel ajena, buscando algún indicio de dolor—. Supongo que me gusta cuidar de los animales. ¿Te duele si aprieto aquí? —Y frunció el agarre sobre la musculatura ajena.

Yoongi negó suavemente, sin haber pensado exactamente qué contestar. Lo cierto es que nunca había existido la molestia en su hombro en primer lugar—: N-No...

—Avísame cuando te duela, ¿Bien? —Cuando Yoongi asintió, continuó con su exploración—. Creo recordar que estabas trabajando. ¿De qué trabajabas?

—Estaba trabajando en una librería... —recordó aquellos días en los que vivía solo en aquel apartamento de alquiler, ganándose la vida como podía y ahorrando para comprar el regalo para su hermano. Realmente su vida independiente no duró mucho, puesto que fue despedido poco después—: pero me echaron porque discutí con un anciano que buscó humillarme.

—Tienes un carácter bastante fuerte, ¿No? —Yoongi asintió nuevamente, sin prestar mucha atención a la evaluación que hacía el contrario sobre su cuerpo. Jungkook sólo sonrió suavemente—. Me gusta, me gusta.

Yoongi calló por un momento. Jungkook continuó un minuto más y, al no recibir ninguna queja u otra indicación notable de magulladuras, comenzó a sospechar de que estaba buscando una herida inexistente. Apartó sus dedos de la piel ajena y le dejó subirse la sudadera, sentándose en un sofá frente al otro.

—¿Realmente te dolía el hombro? —Inquirió directamente. Yoongi disimuló su sorpresa por haber sido descubierto y asintió suavemente con la cabeza, evitando el contacto visual.

—Sí —mintió. Le daría mucha vergüenza tener que explicarle que inventó todo aquello para volver a verlo, ya que no había razones para acercarse a él o a la clínica donde trabajaba. Se mordió la lengua cuando Jungkook asintió, aparentemente creyéndole.

—Está bien. En este caso, te recomendaré una crema para el dolor muscular, ¿Está bien? No la ocupo, pero suelo recomendársela a mis clientes de mayor edad. Pero si el dolor persiste, tendré que hacerte unos exámenes...

Yoongi asintió, fingiendo tomar nota mental y poner interés en lo que le recomendaba. Compresas calientes, masajes, cremas mentoladas... Realmente no reparó en ello. Fijó su atención en la voz contraria, su forma de hablar, sus expresiones y lenguaje corporal.

Seguía buscando las razones por las cuales había estado obsesionándose tanto con él desde la última vez que lo vio.

Como si fuera adictivo.

Jungkook se encargó de llevar a Yoongi a casa después de una charla simple y amena, unas cuantas anécdotas graciosas y reflexiones cortas. El híbrido le agradeció por su atención y se despidió de él con la mano, pero antes de darse la vuelta y caminar hacia la puerta del hogar que compartía con Namjoon, la voz contraria lo detuvo.

Abrió los ojos con curiosidad cuando Jungkook le extendió un pequeño papel.

—Si tienes alguna molestia, llámame. ¿De acuerdo? —Yoongi observó el número escrito a mano por un segundo y asintió, internamente emocionado por ello—. Ten una linda noche.

Y dejando atrás a un emocionado Yoongi, puso en marcha su auto. Su buena acción había tenido un efecto inesperado en el híbrido, quién caminó a la entrada del lugar con las mejillas rosadas.

Había obtenido su número, y ni siquiera lo había pedido.

El humano más extraño que jamás conoció.

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591 palabras.

-CoffeeToffee

DON'T TOUCH ME! || KOOKGI/YOONKOOK 「ADAP」¡PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora