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Exactamente una semana después, Jungkook se sorprendió al ver un gato conocido sentado justo sobre el capó de su auto. El característico pelaje y ojos grises del felino fueron inconfundibles para él, quien sonrió gentilmente al animal antes de acercarse y hablarle en voz baja. Mantuvo un poco de distancia, cruzando los brazos.

—Es una sorpresa volverte a ver. ¿Necesitas algo? —Preguntó indicándole la puerta del automóvil, invitándolo a acompañarlo. El gato obedeció con elegancia, bajándose del capó para subirse al asiento de copiloto con un salto. Probablemente estaban rompiendo las barreras paciente-veterinario, ¿Pero acaso importaba a esas alturas?

Jungkook silbó una pequeña melodía mientras tomaba el volante después de asegurar su cuerpo con el cinturón. No quería demostrar lo extraño que aún se le hacía llevar a alguien más a su hogar. No acostumbraba hacerlo, ni siquiera con sus ligues de una noche cuando salía de fiesta.

Porque claro, casi nunca salía de fiesta.

El camino fue calmado y silencioso. Lo único que pudo llenar el ambiente fueron los ritmos provenientes del reproductor. Yoongi se mantenía enrollado sobre el asiento mientras que Jungkook conservaba la mirada sobre la carretera. Y sin mucho más que destacar, llegaron a su destino.

Tan pronto como estuvieron dentro del lugar, Yoongi se sentó frente a un mueble. Jungkook se encargó de quitarse la chaqueta y los zapatos, ignorando la mirada fija del contrario sobre él.

El veterinario caminó en silencio hasta su cocina para servir unos vasos de agua, pero cuando volvió al salón casi los deja caer descuidadamente gracias a la impresión. Se llevó un trago de agua a la boca para disimular la sorpresa y le ofreció el correspondiente a Yoongi, quien lo recibió gustosamente.

—He venido para que me revises el hombro, si no es mucha molestia.

Jungkook asintió y apartó la mirada del cuerpo desnudo del híbrido, no pensándolo demasiado cuando se dirigió a su guardarropa. De allí sacó una sudadera dos tallas más grande que la suya, además de unos pantaloncillos cortos. Yoongi no tardó en recibirlos y ponérselos, no sin antes notar cómo el veterinario recurría a la cocina para devolver los vasos vacíos.

—¿Te duele el hombro, dices? —Volvió con una expresión serena, encontrándose con un ya vestido Yoongi. Éste tenía su cabello gris ligeramente desordenado y los labios rosados y brillantes después de beber agua. El veterinario alzó una ceja, sonriendo de medio lado—. Sabes que mis sesiones no son gratis, ¿Cierto?

Las palabras del humano impactaron al híbrido, quién de inmediato asintió nervioso—: O-Oh, sí, lo siento. Yo... te pagaré lo necesario, no quería...

—Hey, tranquilo, está bien —Jungkook suavizó su tono de voz, acercándose al cuerpo ajeno cuidadosamente—. Estaba bromeando. Lo dejaré pasar.

—¿Por qué? —Yoongi no lo comprendía. Y ciertamente, Jungkook tampoco. Pero no quería negar nada de lo que sucedía en esa extraña relación, así que se encogió de hombros despreocupadamente.

—Digamos que eres... —fingió pensarlo por un momento—, mi paciente especial.

Yoongi no dijo nada más, sonriendo levemente después de susurrar un pequeño «gracias». El veterinario se acercó para tratarlo, temiendo por una reacción hostil.

Pero para sorpresa de Jungkook, Yoongi no estuvo tan reacio a recibir su toque. Los dedos pasearon sobre la lechosa piel con cuidado, con profesionalismo, inspeccionando la zona. Yoongi no había dejado de pensar, sin embargo, en la expresión de concentración que el profesional hacía inconscientemente al llevar a cabo su labor. Había añorado volverla a ver cada día.

Y eso le asustaba, así como también le intrigaba. Había desarrollado una especie de gusto por la compañía de aquel humano tan nuevo en su vida, a la vez que desconocido y familiar. No podía dejar de buscarlo.

El humano más raro que ha conocido en mucho tiempo.

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631 palabras.

-CoffeeToffee

DON'T TOUCH ME! || KOOKGI/YOONKOOK 「ADAP」¡PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora