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Namjoon entró a la habitación de Yoongi con cuidado de no asustarlo. Era fácil que pegara un brinco del susto cuando era despertado de repente—: ¿Cómo te sientes, hyung? —Preguntó al verlo mirando el techo, con una postura fija y pensativa.

—Aún duelen —contestó, refiriéndose a las heridas. Namjoon se acercó a él con cuidado y levantó su camisa con delicadeza, observando los puntos que había hecho el veterinario en la herida más grande.

—¿Y tú resfriado? —Preguntó después de fijarse de que seguía en buen estado. A ese paso, y con un descanso adecuado, el mayor se recuperaría rápidamente. Yoongi movió un poco la nariz.

—Ya puedo respirar bien. Pero la cabeza sigue palpitándome como un corazón —se recostó de lado, cerrando los ojos con el ceño fruncido. Namjoon le tocó la frente para verificar que la fiebre no había vuelto a aparecer, y para su descontento, la temperatura del mayor era más alta de lo habitual.

—Pasaste mucho frío durante la noche que te escapaste, ¿Cuándo vas a aprender? No puedes simplemente salir, así como así y volver a los días —Le reprochó el más alto, levantándose para buscar la medicina que le había recetado el veterinario. Confiaba en que con ello se le pasaría la congestión y luego se encargaría de la migraña.

Yoongi estornudó como un pequeño gatito. A Namjoon se le pasó el enfado instantáneamente al oír el sonido tan adorable.

—No puedo evitarlo, Nam... Sabes que es el celo... —intentó explicarse con voz adormilada, tomando de repente una actitud perezosa y somnolienta.

El menor le sirvió las pastillas con un vaso de agua y le obligó a sentarse. Yoongi las tomó con mala cara bajo la atenta mirada de su, prácticamente, hermano. Quería seguir durmiendo tranquilamente hecho un ovillo en el colchón.

Desde que Yoongi se había propuesto a vivir solo se había vuelto una persona totalmente distinta; una irresponsablemente impulsiva y descontrolada, que no podía reprimir sus instintos básicos ni cubrir sus propias necesidades como persona. Debido a esto y a que se dio cuenta de que Yoongi descuidaba su alimentación más de la cuenta, decidió obligarlo a vivir junto a él nuevamente para ayudarlo a poner orden en su vida.

Pero estaba costándole más de lo que creía en un principio, teniendo más de un dolor de cabeza. Sobre todo, cuando el mayor decidía tomar rumbo en toda la noche, sin dejarle conocimiento sobre dónde estaría.

Cuando Yoongi dejó el vaso a un lado y se volvió a acostar, Namjoon se recostó junto a él cuidadosamente. En el fondo, aunque se enojara constantemente y pelearan por cosas razonables, sólo quería asegurarse de que estuviera sano y salvo.

Por eso, cuando lo abrazó, se prometió a sí mismo jamás dejar que una persona le levantara la mano de nuevo —como había sucedido en aquel supermercado—, aunque tuviera que involucrarse en una pelea para defenderlo.

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488 palabras.

-CoffeeToffee

DON'T TOUCH ME! || KOOKGI/YOONKOOK 「ADAP」¡PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora