020

464 73 4
                                    


Yoongi no supo cómo se las arregló para inventarse tantas excusas para volver a ver al veterinario. Sentir cómo éste inspeccionaba su piel con cuidado de había convertido en su nuevo placer culposo. Se estaba aprovechando de las buenas intenciones del contrario, y aun sabiendo esto, no podía parar. No cuando había sentido que un muro entre ellos se había derribado.

¿Qué más daban un par de excusas para ir con él a su casa, beber un poco de leche descremada y charlar por cada vez más tiempo hasta que era dejado en su casa?

Se había vuelto casi rutinario. Al punto de que ya no hicieron falta más excusas para simplemente ser invitado a un buen rato juntos, como si fueran amigos íntimos. Porque en eso se habían convertido: en amigos.

Ahora Yoongi y Jungkook tenían conocimientos sobre el otro. Habían construido un pequeño humor para ambos, tal como los buenos amigos hacen. Jungkook escuchaba atentamente las palabras de un más desenvuelto Yoongi, quien reía despreocupadamente frente a él, mostrándole una faceta mucho más pacífica y agradable de la que le había enseñado al conocerse.

Y Yoongi disfrutaba oír al introvertido Jungkook hablar sobre sí mismo, explicándole que en sus vacaciones solía viajar a Busan para visitar a su familia, que de vez en cuando gustaba de ir a acuarios solo y que Taehyung no paraba de hablar sobre su relación con Namjoon. Internamente estaba orgulloso de sí mismo por los avances que había tenido con aquel humano, desarrollando una relación de amistad que se solidificó rápidamente. Aunque hubiese preferido no tener que fingir cada enfermedad para hacerlo.

—Estudiaba historia. Y casi me gradúo, pero los padres de Namjoon fallecieron —Jungkook susurró un suave «lo siento» con una expresión empática, a lo que asintió vagamente—. No pudimos concretar por un tiempo gracias a las deudas, pero este año Tae pudo retomar la carrera y está llevándolo bien.

—¿Por qué no seguiste estudiando?

—Quería independizarme, vivir por mi cuenta y ayudar a Namjoon a pagar su universidad. Pero ya ves cómo terminó todo —río irónicamente, posando su cabeza sobre la palma de su mano cuidadosamente. Sus orejas se inclinaron suavemente—. Estoy desempleado, prácticamente mantenido por mi hermano al que pretendía ayudar.

—Todo mejorará, ya verás —Jungkook lo tranquilizó con un tono suave, tanteando en los bordes de su taza vacía. Estaban en la sala del veterinario. Ya había oscurecido, ¿Serían cerca de las nueve de la noche? Había perdido la noción del tiempo durante la larga charla—. Hay algo que me inquieta. Dices que ustedes son hermanos, pero...

—Oh, sí —Yoongi sonrió. No era la primera vez que le preguntaban sobre ello una vez que conocían la raza de cada uno—. Es una larga historia. Pero, en resumen, los padres de Namjoon me acogieron cuando mis padres biológicos me abandonaron de pequeño. Nos criamos juntos y nos hemos tenido el uno al otro durante toda la vida —sonrió ante la expresión sorprendida del contrario—. ¿Te lo esperabas?

Jungkook parpadeó un par de veces, asombrado por la razón por la que ambos se llamaban hermanos sin siquiera compartir sus rasgos animales—: No me lo esperaba. Pero creo que era de suponerse. Me alegro de que se hayan tenido mutuamente durante tantos años, son realmente afortunados...

Yoongi pudo distinguir nostalgia en las facciones sonrientes de Jungkook, quien desprendía calidez sincera ante sus palabras. El híbrido agradeció sus palabras y sonrió también, coincidiendo en que eran afortunados.

—Por cierto, ya que estamos... —Jungkook caminó hasta la cocina con las tazas vacías después de unos pocos minutos. Yoongi asintió con la garganta, distraído con la pecera del humano—. Fingías tus dolores los primeros días en que me buscaste, ¿No?

Yoongi abrió en grande los ojos con horror, girándose y encontrando la expresión divertida del contrario.

Realmente no sabía mentir.

_________________________________________

647 palabras.

-CoffeeToffee

DON'T TOUCH ME! || KOOKGI/YOONKOOK 「ADAP」¡PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora