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Yoongi era cada vez más afectuoso.

Ya que JungKook portaba de vez en cuando su aroma, no se detenía al acercarse de más. Cuando el veterinario volvía del trabajo y Yoongi percibía el olor de otro animal en él, disimuladamente aprovechaba para marcarlo de alguna forma. Ya fuera como gato o no, se acercaba hacia él y restregaba su mejilla sobre la ropa.

Y a JungKook no le molestaba en lo absoluto. De hecho, llegó a bromear sobre ello, diciendo que usaría el aroma de Yoongi como un perfume de ahora en adelante. Divisó con ternura las pupilas dilatadas y las orejas alzadas en su dirección, justo antes de que el minino le diera la espalda. Y rió suavemente, tomándoselo como un escape.

Varias veces preparó a Yoongi sus emparedados de atún. Mientras juntaba los ingredientes en un impecable platillo, el híbrido se acercaba a él y abría su boca. JungKook comprendía la acción y le daba una que otra probada, sonriendo cuando Yoongi sonreía feliz. Podía oír sus ronroneos mientras terminaba de preparar la comida y le entregaba su plato, dándole un pequeño beso casto en la frente a Yoongi, regañándolo por chantajearlo con ojitos de gato perdido.

Cuando Yoongi le ponía al día sobre su trabajo, se apoyaba en su pecho y cerraba los ojos, dejando que los mimos cayeran en su cabello y detrás de sus orejas felinas. JungKook sonreía al oírlo hablar con tanto cariño sobre los niños, como si fueran sus propios hijos.

Había descubierto que a Yoongi le gustaba morderse los labios mientras permanecían en silencio. JungKook, en una ocasión, acercó el pulgar a la herida rojiza sobre el relleno labio inferior, acariciándolo con suavidad. Yoongi lo miró de vuelta, entre nervioso y curioso.

—Te estás haciendo daño —musitó, frunciendo el ceño levemente—. Espera.

Yoongi observó a JungKook revisar entre sus cajones, sacando un labial y mostrándoselo. Yoongi lo observó un momento, notando el diseño de fresas.

—¿Qué es?

—Es un bálsamo.

El híbrido enrojeció levemente. JungKook se sentó justo frente a él sin dejar de sonreír, tomándolo de la barbilla.

Pronto el agradable olor a fresas flotó en el aire, y cuando JungKook colocó el bálsamo sobre los labios ajenos con cuidado y atención, Yoongi casi se sintió desfallecer. Los ojos de JungKook estaban fijamente puestos sobre sus labios, y éstos picaron por la cercanía. Además, un agradable sentimiento se instaló en su pecho por ser cuidado.

La respiración de Yoongi se cortó cuando el rostro de JungKook estuvo peligrosamente cerca. Cerró los ojos, nervioso, sólo percibiendo un suave sonido de garganta de parte de JungKook.

—Huele muy bien —lo sintió alejarse, permitiéndole abrir los ojos nuevamente—. Así ya no te lastimarás más. Tómalo.

El híbrido movió las orejas un par de veces, recibiendo el bálsamo entre sus manos, algo perdido. JungKook sólo le sonreía y batió su cabello con cariño, cambiando de tema de conversación.

Y, sin embargo, aquello no evitó que cierta parte de su mente se distrajera con los labios brillantes y rosas de Yoongi. Tan suaves, esponjosos, besables... Podría morderlos a su antojo.

Podría.

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522 palabras.

-CoffeeToffee

DON'T TOUCH ME! || KOOKGI/YOONKOOK 「ADAP」¡PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora