Avalyn sintió un empujón.
Como estaba medio dormida, creyó que se trataba de un reflejo de su propio cuerpo. El segundo empujón fue más brusco.
Se giró en la cama y con los ojos entrecerrados vio una silueta alta, morena y delgada de pie ante ella. El cabello negro le caía sobre el rostro, ocultándolo.
-¿Valeria?
Se oyó una risotada seca.
-Ya quisieras – resopló Julieth -. Vamos – le arrancó las sábanas y las cobijas -, me vas a acompañar en un recorrido.
Valeria y Julieth eran muy parecidas físicamente y puede que ambas tuvieran en común aquella rebeldía tan marcada, pero la primera poseía una delicadeza y afectuosidad tan grandes a la hora de tratar a los demás de las que Julieth carecía.
-¿Qué...? – Avalyn se sentó en la cama y se restregó los ojos - ¿Recorrido? ¿Cómo entraste aquí?
-¿Olvidas que lo mío es el sigilo y la agilidad para escabullirme, Raralyn? – canturreó ella – Lo que tus amados Doctores llaman "Regalo".
-Eso ya lo sé. Lo que quiero decir es por qué entraste a mi habitación.
Los ojos castaños de Julieth centelleaban como los de un depredador en medio de la oscuridad casi total. Los paneles proyectaban en ese momento una tormenta de nieve nocturna. A Avalyn le pareció fascinante.
-Despierta, carajo – siseó Julieth -. Que no tenemos toda la noche. Debo traerte de regreso y volver a mi celda después. Ya luego tendrás tiempo de ver las paredes como mensa.
Avalyn suspiró.
-Si esto se trata otra vez de esa idea que tienen ustedes, lo mejor será que te vayas, Julieth. No me harás cambiar de opinión.
Cuando los chicos le revelaron a Avalyn que tenían toda la intención de huir, no dejaron de insistir y presionarla para que se les uniera. Ella, por su parte, ya estaba más que segura de su decisión y fue muy firme al respecto.
Los chicos mayores ya habían intentado escapar antes, y en repetidas ocasiones. La gran mayoría de ellas no tuvo éxito y quizá eso fue lo mejor a la larga. La más de las veces, aquello no pasaba de un plan fallido y Los Híbridos eran regresados a La Colonia sanos y salvos, con un castigo ejemplar eso sí. Los dejaban totalmente aislados durante dos meses. Avalyn lo sabía porque Helena misma se lo contaba. Benji, Emmanuel y Michael habían corrido con esa suerte. Lexi también tenía tendencia al escapismo y a la insurgencia, pero por alguna razón, se había contenido en cuanto Roxana llegó a La Colonia. Podía decirse que se había aplacado, aunque de forma superficial apenas. Cuando Avalyn la había visto a ella y a Rox simulando hacer una escultura de papel en el salón de manualidades, en realidad estaban planeando algunos de los detalles de la fuga. Ellas lo habían manifestado ese día en el comedor, con Avalyn presente.
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Ava, Híbrido Puro, Libro I 🏳🌈
Science FictionAño 2150 Un siglo después de la Tercera Guerra Mundial, producida por la lucha codiciada entre las naciones para acaparar los escasos recursos naturales existentes y obtener un extraño metal líquido recién descubierto, la tierra ha quedado devastada...