Avalyn no se debatió.
Debido a su naturaleza tranquila, afectuosa, tendiente a confiar en los demás y, dada su férrea creencia de que la cordialidad sólo podía ser pagada con más cordialidad, se dejó llevar por los Agentes Grises sin oponer resistencia. La violencia y el belicismo simplemente no formaban parte de su carácter y aunque de vez en vez la sacudía un atisbo de ira, ésta no llegaba a dominarla o someterla como le ocurría a casi todo el mundo.
Tampoco había sentido rencor jamás. Su corazón era demasiado puro y bondadoso y no había lugar para sentimientos dañinos. Pero lamentablemente, no estaba libre del pudor y la timidez. De hecho, a ausencia de odio y maldad, Avalyn experimentó la vergüenza a manos llenas cuando comprendió que no la llevaban a su habitación sino al comedor común.
Intentó convencerlos de que le permitieran hablar con Helena al menos. No funcionó. Más capacidad de transigir tenía una piedra que ellos.
Avalyn siempre había visto a los Agentes, incluso a los del Escuadrón Híbrido, como a los miembros leales que protegían La Colonia y a todos sus habitantes. Ahora los veía tenebrosos, intimidantes y sombríos. La frialdad en sus rostros no la hacía sentir segura, sino a su merced.
Rogó en silencio para que sus compañeros ya hubieran abandonado el comedor. No fue así. No solamente estaban todos allí sino que Valeria se encontraba con ellos.
A Avalyn la embargó la necesidad imperiosa de cubrirse la cara con las manos, pero no podía porque los Agentes Grises la llevaban sujeta por ambos brazos.
Sus compañeros estaban charlando ruidosamente y algunos de ellos reían. Benji, Julieth y Michael eran los más locuaces y extrovertidos, siempre robándose el centro de la conversación con sus ocurrencias y gestos exagerados. La mitad de la cabeza y el rostro de Benji estaban hechos de metal, lo que no afectaba en absoluto la gracia de su sonrisa.
Todos callaron en cuanto los Agentes entraron en el comedor y sentaron a Avalyn, precisamente, en la mesa que estaba justo frente a la de los chicos.
Por su mente pasó la idea de salir corriendo, pero uno de los agentes habló, como si adivinara sus intenciones.
-Debes permanecer en el comedor, Híbrido A-024. Tienes prueba físico-química en un aproximado de quince minutos con veintiún segundos. Los Doctores Prescott y Alester pronto te requerirán en el salón L-15. Será un placer escoltarte.
Avalyn permaneció con la vista baja y la cabeza gacha. Se estaba muriendo de la humillación. No entendía por qué la estaban tratando así cuando lo único que ella había querido hacer era ayudar, contribuir con las labores de la granja. Su alma se agitaba dentro de ella como un ave en una jaula, incapaz de soportar la injusticia pero consciente a la vez de su impotencia. Aunque siempre se tomaba mucho peor la iniquidad cuando era alguien más el que la sufría.
-¡No puedo creerlo! – soltó Julieth en tono jactancioso - ¡Si es la chica buena que nunca se mete en problemas!
-¿Qué pasó, Avalyn? – inquirió Emm con más mordacidad que burla - ¿Alguien quería llevarse un pollo a la olla y tú saliste en su defensa?
Ella levantó la cabeza por fin y vio cómo Axel le daba un codazo a Emmanuel mientras lo miraba con reprobación. Avalyn estimaba mucho a Axel, él y Lexi eran los únicos que siempre se referían a ella con respeto, a pesar de que no se sentaran a su lado ni buscaran entablar conversación más allá de la cortesía.
La sonrisa de Julieth se ensanchó cuando vio las lágrimas contenidas en los ojos de Avalyn.
-¿Por qué no llamas a tu querida protectora? ¿O es que acaso ya no funciona ese rollo de "tengo el permiso de la Doctora Helena y puedo andar por donde yo quiera"? ¿Dónde está tu arrogancia de favorita ahora?
-Ya basta, Julieth – siseó Michael en voz baja y firme.
-Tú menos que nadie deberías defenderla.
Avalyn quiso hablarles, intentar cambiar la imagen que tenían de ella pero el miedo al rechazo era mucho más poderoso.
-¿Te han hecho daño esos idiotas?
Ella se volvió hacia Valeria. Avalyn era consciente de que ella la había estado observando todo el tiempo y por eso exactamente fue que evitó mirarla. No quería que nadie la viera llorando, en especial esa chica.
-¿Quiénes...?
-Los que tienes a tu lado, preciosa.
Valeria sonrió de forma encantadora. Avalyn tardó un momento en llegar a la conclusión de que se refería a los Agentes.
-No... ellos no... Todo fue un malentendido – farfulló de forma entrecortada.
Avalyn apartó la vista de ella sin poder evitarlo. Valeria era hermosa y sus ojos negros la detallaban con intensidad, algo que le revolvía el estómago, aunque no del mismo modo desagradable en que lo hacían las vitaminas químicas.
-No lo creo – comentó Julieth -. Si te arrastraron hasta aquí, algo malo debiste haber hecho. Los esbirros éstos sólo te tratan así cuando te portas mal. Yo ya me he acostumbrado, más o menos. La obediencia no es lo mío – añadió con orgullo.
La verdad, estando allí encogida y vigilada, Avalyn sí se sentía un poco como la oveja descarriada.
Los tres Agentes habían permanecido de pie, rodeándola a una distancia de un metro. Sus semblantes no habían cambiado en ningún momento, ni siquiera ante la insolencia abierta de Julieth.
-Los Agentes sólo me están protegiendo.
Emmanuel resopló.
-¿Así como protegieron a Taxa?
Ésta vez, fue Julieth la que lo fulminó con la mirada.
Se hizo un silencio pesado.
-¿Qué quieres decir, Emmanuel? – Avalyn se irguió con rigidez – Taxa fue trasladada a otra Colonia.
Uno de los Agentes volvió a tomarla del brazo.
-Te escoltaremos al salón L-15 – anunció.
Avalyn se puso en pie a trompicones porque no quería ser arrastrada de nuevo. Su dignidad ya había sufrido bastante ese día.
Todos en el comedor la miraron con expresión de pena y ella se dio cuenta.
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Ava, Híbrido Puro, Libro I 🏳🌈
Ciencia FicciónAño 2150 Un siglo después de la Tercera Guerra Mundial, producida por la lucha codiciada entre las naciones para acaparar los escasos recursos naturales existentes y obtener un extraño metal líquido recién descubierto, la tierra ha quedado devastada...