Capitulo 28

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-Próximo martes-

Breeze
«Volveré el próximo martes, en el ocaso»
T. Harriet.

Olivier no la entrenó para esperar lo mejor de las situaciones tan sospechosas como estas.
 
–Miles –Soltó el aire contenido al ver al hombre detrás de la puerta–. Pasa, pensé que ya no vendrías.

–Te prometí que vendría –Respondió el hombre, quitándose las gafas y explorando el alrededor del sitio con detalle–. No quería quedar mal.

La joven Harriet había pedido de favor al Mayor que viniera sin uniforme a su hogar, totalmente decidida a esperar a su supuesto padre armada hasta los dientes y en compañía de Miles por si las cosas se ponían para mal. De tener ilusiones por conocerle pasó a generar un odio por quién estaba convencida era un impostor que se enteró de lo de Lior y de su cambio de identidad y únicamente buscaba un beneficio de todo esto, no sabía cuál podría brindarle, pero algo habría.

– ¿Es tuya? –Miles señalaba a la palomita que salió a saludar, asomándose por encima de la cobija doblada sobre el sofá y ella oculta entre sus pliegues.

– ¿Cómo? –Volteó a ver de qué se trataba y se encontró con el ave–. Ah sí, se llama Beatriz.

La Teniente fue hacía la mesa dónde se puso los guantes, sin tolerar el sudor frio escurriendo de sus manos. El arma selecta en su caso fueron dos: una pequeña cuchilla que guardaba en su bota y la pistola que tenía escondida debajo de la mesa del comedor, pegada con cinta. Miles igualmente traían una, sólo que él lo cargaba en la chaqueta.

Normalmente, no sería legal una intervención así ya que era armamento militar y dos personas con cargos comprometedores dentro. Sin embargo, al tener sospechas con que pudiera ser una emboscada, convenció a Miles de que sería útil al tener un porcentaje interesante de posibilidad de que fuera alguien del otro lado del muro.

– ¿Alphonse no está en casa? –La pregunta iba al notar la casa silenciosa y a sabiendas de que el hombre se encontraba viviendo con ella.

–Pidió empleo en el pueblo la semana pasada –Explicó Bree–. Se aburría en la casa, él es así.

–Ya me parecía raro que estuviera entretenido tanto tiempo solo.

–Lo mismo le decía.

Una risita burda le salió en un soplo y pasó la mano por sus cabellos para llevarse los que le caían en la cara hacía atrás. Miraba atenta la mesa como si es que la pistola se fuera a disparar sola desde el punto donde estaba sujeta, por arte de magia y que en vez de darle al hombre que esperaban al acaso, le diera a ella. El temor de otra marca en su cuerpo, le aterraba; apenas vivía con una de forma decente.

De viajarse tanto por la neblina en mente, la ansiedad empezó a darle un cosquilleo tremendo por debajo de los nudillos y por la nuca viajaba un escalofrío hacía su columna vertebral, expandiéndose en un desvió hacía la marca que la atravesaba. Estaba por pasarle de nuevo lo que ocurrió dentro del cuartel y eso bajo su techo no se lo iba a permitir.

Sin previo aviso, se puso de pie con la vista fija en la cocina y se adentró en ella, sacando una botella del sitio donde las guardaba y llevándola de vuelta a dónde estaba con un vaso en mano. De otra forma no podría relajarse.

– ¿Qué haces? –Preguntó Miles, inquieto al ver cómo de forma tan nerviosa se servía a vaso lleno un vino oscuro que rápidamente pasó de estar encerrado en cristal a pasar por su garganta. Se acercó para bajarle la muñeca y con esto hacer que dejara de beber–. Bree.

MAPS | Alphonse Elric [FMAB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora