-Café-
El aroma tan fuerte y armonioso del café hizo despertar el olfato del joven dormido frente a la mesita dónde se encontraba la taza de dónde se desprendía aquel olor tan placentero. Sus sentidos lo hicieron salir del sueño tan pesado en el que se encontraba y sus ojos rápidamente se posicionaron en la tacita.
No tardó tanto en despertar, Bree se marchó aproximadamente hace una hora y media antes de eso por lo que la bebida aún seguiría caliente, inclusive un poco más de lo que le gustaría.
–Hola, pequeña –Saludó a Beatriz, quién apenas escuchó ruido fue a investigar que todo estuviera en orden: era un perro guardian– ¿Cómo estás?
Solo le miraba mientras se acercaba para subirte al sofá donde el chico estaba rodeado de sábanas.
–Debe estar en guardia –Dijo al revisar el reloj de pared.
Tomó el café y el plato de comida de la mesita y la puso sobre su regazo, cortando un pedazo diminuto para que el ave-perro se entretuviera mientras Alphonse comía, no quería que estuviera de insistente intentando robar comida del plato sin éxito alguno.
Sentía el corazón tan ligero y sensible ante el dulce gesto por parte de la Teniente en hacerle el desayuno antes de irse a trabajar. Le brindó el tiempo que tan preciado era para ella y eso era un regalo con cierto grado de importancia.
A pesar de ser una ofrenda en agradecimiento por limpiar y arroparla para que pudiera llegar a tiempo a su trabajo, pero el joven Elric sentía que debería darle a algo a cambio.
–¿Puedes pensar como Bree y decirme qué debo hacer? –Preguntó a la paloma quien ladeó la cabeza como respuesta–. Lo siento. Breeze, quise decir.
Aún así no hubo respuesta y tarde se enteró que estaba hablando con una paloma con el ala rota.
–Piensa como Bree... –Volvió a sus pensamientos y su habla solitaria.
Indagaba con la mirada los rincones de la casa, buscando alguna señal, una pista, un algo que le brindara una idea a su poca imaginación, aunque las pocas cosas que se podrían visualizar fuera de lo indispensable dentro de la comodidad de la casa de Harriet, lograba que la tarea se tornará más complicada de lo que era en teoria. Entonces sus ojos se encontraron con un florero vacío.
–Le gusta el azul –Sonrió– ¿Será alérgica? –Volteó con Beatriz e interpretó sus gestos como una negociación–. Te creeré, creo que eres un ave honesta.
Ordenó todo antes de marchar a su exploración por el pueblo tan frío que era Briggs en busca de una pizca de vegetación en forma de flor para su amada. El azul era un tono relacionado con el frío, pero también con la tristeza ¿Sería por ello que le gustaba? Aunque le sabía más a que era debido a la cantidad de tiempo que pasaba portandolo en su uniforme y viéndolo así mismo en el del resto, recordando que no era un color que tuviera fijo como el preferido sobre todos hasta antes de la carta.
Bien sabido era que la cortesía de Olivier venía con muchas condiciones y su duración era incierta así como la poca paciencia que consumía, por lo que esperaría no entrar directamente al cuartel sino que le dejarán esperar afuera a la Teniente en lo que terminaba su turno. El frío era tolerable por el día, esperando que Bree no tuviera cosas que la hicieran retrasarse hasta la noche donde no la temperatura no era tan amigable, con eso en mente apuro el paso para ir en su búsqueda implacable del ramo a tonos azules para la que hacía su corazón palpitar.
***
–Por favor, no seas madre –Miles cubría su rostro con la vergüenza que era el ver al cabo a cargo de Armstrong tumbado y temblando en el suelo.
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MAPS | Alphonse Elric [FMAB]
Fanfic«The map that leads to you» Una Teniente de Briggs deja flores en una lápida solitaria. TW: despersonalización; smut; violencia explícita; trastornos mentales. Note: algunos detalles del final de Brotherhood serán omitidos para conveniencia de la...