Una Familia, ¿Diferente? ©

Eres mi amor

Jessica se encontraba en su recámara acostada en su ataúd mientras pensaba en la marca que vio en el cuello de Sebastián.

—Si en Sebastián apareció esa marca, ¿Podría ser posible?—

Jessica se repetía una y otra vez la misma en la mente.

Debía investigar mas fondo todo esto.

Mientras tanto en el muneo mortal; cierto jovencito se encontraba preparando para dormir cuando sintió un pequeño temblor y luego Sebastián aterrizó en su cuarto.

—¿Qué haces aquí a estas horas?—

—Vine a visitarte ante de la hora de dormir, ¿Ó es que no puedo visitar a mi novio?—

Las manos del menor rodearon el cuello del ojimiel, mientras que las manos del más alto posaban en la cintura de su pareja. Sus narices rozaban en un adorable beso esquimal.

—¿Cómo te ha ido en las clases  para vampiros recién mordidos?—

—Excelente, aprendo muchas cosas, ahora la maestra nos enseña a controlar el poder de cada vampiro—

—Y tú antes ni creías en los vampiros y ahora mírate, eres uno de ellos—

—Ya hasta me gusta ser vampiro, mira esto...—

"Te amo"

Era lo que estaba escrito en letras de fuego, flotando en medio del cuarto.

—Ay, también te amo—

Lo abrazó por la cintura.

—Daniel, ¿Has pensando sobre si ser vampiro o un mortal?—

—Todavia no estoy seguro de lo que quiero—

—Sé que tomaras la mejor decisión. Ahora debo regresar a casa, nos vemos mañana—

—Hasta mañana—

Un último beso esquimal.

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Temo se encontraba ordenando su cuarto cuando cierta chica vampira aterrizó en su cuarto.

—Jessica, ¿Ocurre algo?—

—Terrible noche Temo, necesito informarte algo—

_—¿Que cosa?—

_Hoy lleve a Sebastián algo antiguo Castillo real, él se acercó a la corona real y....ocurrio lo inesperado—

—¿Qué ocurrió?—

—En el cuello le apareció la marca del corazón y la corona—

—¿El corazón y la corona? ¿Eso significa qué...?—

—Sebastián es la reencarnación de ino de ellos, y mevatrevo a decir que Daniel también, pero tú sabes cuál es la profecía—

—Al cumplir los 16 y si ya están juntos , tienen solo 5 años para obtener su título de reyes o moríran—

—Pero Daniel...—

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Un nuevo día iniciaba para la Ciudad de México.