Capítulo 5

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DOBLE VIDA


Cuando llegas a la universidad te das cuenta de que no era lo que pensabas cuando estabas pequeño, yo solía jugar con mis amigas e incluso con niños que ni conocía, a medida que iba creciendo también anhelaba ser mayor para ir a una universidad. Quizá porque tenía la imagen de la típica universidad que te venden las películas, con un ambiente muy bueno.

Pero cuando ya estás en la realidad te das cuenta de que mejor era quedarse en la edad de niña. A medida que fui creciendo también se quedaron muchas cosas que ya no volverían a pasar, quizá por eso era un poco callada, pero al fin y al cabo es que me gustaba como era.

Portland era una universidad de prestigio en donde habían muchos estudiantes de diferentes posiciones sociales al igual que intelectual. Era una universidad con una estructura colonial, que cuando llegabas de inicio podías ver lo colosal que era, tanto así que daba la apariencia de un castillo. Cuando entrabas por el portón principal te topabas con un lobby lleno de trofeos de las muchas competiciones que habían ganado los diferentes equipos de la universidad y muchos títulos de los cuales resaltaba el nombre de Max Stuart.
Te adentrabas más y observabas los enormes pasillos con aulas en los costados, en el fondo estaban los campos de fútbol, de tenis y se apreciaban las piscinas de natación, cafeterías por doquier y muchos juegos de mesa. En fin era una universidad de lujo.

Entré al aula de clases, estaba un tanto pensativa. Todo lo que estaba pasando me estaba afectando psicológicamente y temía enfermarme.
Me quedé de pie a unos dos metros de la puerta, mientras detrás de mi espalda pasaban estudiantes tras estudiantes, a mis costados para ser exacta.

Enseguida sentí un apretón en mi cadera, reaccioné de manera como cuando te pinchan la piel; era Jinni.

—¿Dónde te piensas sentar?—me pregunta.

Quería nuevos cambios en mi, por lo qué sentarse en el fondo no era opción.

—Me sentaré en la primera fila al lado de la ventana—respondí.

Caminé hasta llegar al pupitre, tomé mi bolso y lo puse en el suelo, al lado mío. Los demás hablaban de cómo les había ido en vacaciones todo este tiempo mientras que yo solo esperaba a que llegara el profesor. Jinni se sentó a la mitad del aula, a ella le gustaba estar en el grupo de los chicos que eran populares y dar su opinión del tema que se estuviera hablando.

Giré mi cabeza hacia los lados, el aula estaba algo vacía, creo que es normal que sucedan estas cosas. Es la segunda semana de de clases y no todos asisten. En especial por lo de Max.

En eso llegó el profesor, un tipo bastante alto, con pantalones negros correctamente ajustados, zapatos muy lustrados de color café, una faja con grabados en zigzag, su camisa a rayas color rosado y blanco, lentes ovalados y un reloj acerado; cargaba un maletín de cuero en su mano derecha.

Se dirigió al escritorio, lo abrió y sacó una hoja en blanco, cerró el maletín y lo colocó encima del escritorio. Se dirige a la pizarra y con un marcador escribe su nombre "Martín Myers" y al lado su correo.

—Buenos días, jóvenes, soy su profesor de arte; a como pueden ver acá esta reflejado mi nombre y mi correo electrónico por si necesitan ayuda con las actividades que realizaremos en el transcurso de la clase. Quiero que tengan confianza en mí ya que también quiero ser su amigo. —nos sonrió—En la hoja que tengo quiero que anoten su nombre completo y la vía en que puedo comunicarme con ustedes, ya sea su número telefónico o correo. Así que tu—me señala—la chica que está en la primera fila—dice.

La misteriosa muerte de Max  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora