Capítulo 17

64 10 0
                                    

LA VOZ DE UN INOCENTE

La habitación de una chica aterrada era el único testigo que presenciaba tal aparición, el hombre misterioso acechaba estrechando cada vez más el espacio, ese espacio en donde se definiría la verdad de la mentira

—Desconocido.



Restregaba mis ojos, intentaba ver con más claridad, mi respiración me fallaba, pero no podía aceptar que ese hombre que se estaba acercando a mí era Max.

—Nisha, no tienes escapatoria, esta vez no podrás escapar de mi —respondía con esos ojos brillantes.

—Por favor no me hagas nada, te lo suplico, toma todo el dinero que está en mi ropero —murmuré, poniéndome de cuclillas con mi cabeza hacia abajo.

—¡Mírame!

Estaba frente a mi, pero no quería elevar mi rostro, solo podía ver sus zapatos de cuero; el pánico había entrado en mi. Me sentía frustrada porque no complete mi preparatoria, me sentía frustrada porque no viví al máximo mi vida, tenía pendiente muchos años, muchas metas, mamá moriría ver el cadaver de su hija en su propia habitación.

—Nisha Sullivan ¡Que levantes tu rostro te he dicho! —exclamó, un poco más molesto.

Este sujeto que se asemeja a Max me matará, lo sé.
No tenía otra alternativa más que levantar mi rostro, quizá tiene un arma y me volará los sesos. Sentía lágrimas rodar por mis mejillas.

No podía poner resistencia, tenía que hacer lo que este hombre quería que hiciera, respiré profundo tratando de controlar mis nervios y levanté mi rostro.

En ese momento un enorme silencio se apoderó de las cuatro paredes de mi cuarto, no podía creer lo que estaba viendo. Llevé mis dos manos a la boca pues el hombre que estaba frente a mi realmente era Max Stuart.

—Max, ¿en realidad eres tú? —pregunté atónita.

—Nish, ¿puedes tocar mi rostro? —dijo Max.

Las manos me temblaban pero tenía que intentarlo, sentía el peso enorme en mi brazo al momento de hacerlo hasta que hice conexión con ese rostro, esa piel. Esa piel tan suave ¡podía sentir a Max!

—¿Pero qué te pasó Max? —estaba preocupada por el.

Tomó mi mano con delicadeza.

—Puedo sentirte Nish —susurró con una enorme sonrisa en su rostro —¡Puedo sentirte! — repitió animado.

La euforia se apoderó de Max.

No podía entender qué estaba pasando, hace unas semanas fui al funeral de Max, su cuerpo estaba ahí y ahora él se aparece acá. Mis nervios se habían calmado un poco, pero mi mente estaba sin respuestas concretas.

—Max, explícame que está pasando acá —quise saber con naturalidad.

—Efectivamente soy yo Nish, lo que te contaré quizá no lo creas pero eres mi única alternativa, anda, ve, toma asiento —me sugirió.

Me senté en mi cama respirando aliviada mientras que él se había recostado a la pared.

—Escucha, Nish, antes de todo te pido disculpas por las veces que fui injusto contigo en la universidad, no te lo merecías. Fui un imbecil lo acepto. ¿Me disculpas? — preguntó arrepentido.

¿Max Stuart siendo cortés? Y no solo eso sino ¿ofreciendo disculpas? me debatí unos segundos.

—Si, te perdono, todos en esta vida debemos perdonar y ser perdonados —asentí.

La misteriosa muerte de Max  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora