Capítulo 15

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ARRESTO

Las luces de los focos apuntaban hacia todas las direcciones, buscando a todos los que nos encontrábamos en el cementerio. Estoy segura que el sujeto que está detrás de mí es Max, su voz sonaba muy clara, se podía distinguir ese tono, pero el mismo nervio que tenía no me dejaba moverme ni un centímetro más, sentía como mis labios estaban pesados.

—Acá estarás a salvo, Nisha —escuchaba en mi oído. Era una sensación paralizante que me impedía moverme. El miedo, el hecho de que un fantasma estuviera aquí era... aterrador.

—¡Alto ahí! Las manos sobre su cabeza, pónganse de rodillas y no se muevan. —los policias detenían a Davis y a otros dos chicos de la universidad.

Tragué grueso, incluso se podía escuchar como mi saliva pasaba mi garganta hacia el estómago.

—No tengas miedo, jamás podría hacerte daño —una voz que se mezclaba con la oscura y fría noche le hablaba a mi oído.

De pronto un luz me encandiló la cara, achiqué mis ojos casi cerrándolos por tal resplandor, llevé mi mano al frente para tapar esa luz y distinguir bien.

—Quédese quieta, no intente correr ni tampoco hacer algún movimiento en falso. —perfecto ahora la policía me detendría.

Voltee atrás para ver si el extraño hombre estaba, pero no había nada, solo pude notar que había una salida por la parte trasera de la cual supuse que quizá por ahí salió. Lo extraño es que la voz era la de Max, pero este estaba muerto, no podía creer tampoco que alguien más tendría su voz.

Esposas.

Tenía esposas en mis muñecas, no me lo podía creer, me miraba toda una convicta. El oficial me llevaba a la patrulla, caminábamos y noté que no solo yo estaba detenida. Estaba Davis, los dos chicos que no conocía y dentro de la patrulla estaba Loren. Al menos no era la única que estaba en problemas.

Me preguntaba donde estaba Daphne y Jinni.

—¿Encontraste a más? —le pregunta un oficial a otro.

Se acercaba otra linterna desde el fondo del cementerio con una silueta de hombre y otra de mujer.

Era Daphne.

Sonreí para mis adentros porque la habían detenido también; al fin y al cabo había sido idea suya el venir aquí.
Un oficial la traía de la mano, pero no la traía esposada
Qué extraño.

¿Por qué no la trae esposada? Si a mí desde que me descubrieron me esposaron.

—Alguacil, mire a quien atrape —responde el oficial que traía a Daphne.

—¿Pero qué hace ella acá? —respondía el alguacil un poco sorprendido ¿De que hablan estos señores?

—Creo que ella es la hija del poderoso empresario Beckham —opinó el oficial que tenía esposado a Davis.

—Creo que deberíamos dejarla ir alguacil, esa gente es muy poderosa y no quisiéramos problemas —sugirió.

—Tienes razón, suelta —le ordenó.

—¿¡Qué?! —exclamé indignada por lo que acababa de presenciar.

O sea, ¿estos oficiales dejan de hacer bien su trabajo solo por que es una hija de un hombre influyente? estaba que reventaba de rabia por dentro. Daphne se acomoda su chaqueta, me pasa en frente mientras me mira a los ojos y me repite la misma expresión del beso al aire que yo le di cuando la confronté en la universidad en defensa de Emma.

Forcejeé un poco con mis esposas mientras que el oficial me detenía, la quería matar.

Dios, era injusto.

—Cálmate, niña —el oficial me tomaba del brazo para luego meterme a la patrulla.

Entré a la patrulla, Loren me quedaba viendo apenada, pero no hablaba ni una sola palabra, había una reja que dividía los asientos delanteros con los traseros. Me sentía como un pájaro enjaulado. Así nos dirigimos hacia la estación policial.


Me toman del brazo para salir de la patrulla dirigiéndonos a una especie de escritorio donde nos esperaba otra persona, supongo que este era alguien superior a estos oficiales.

—Se les acusa de violentar el artículo de ley y orden público, realizando prácticas inusuales en campos sagrados por lo cual se les dentendrá temporalmente.

¡Mierda! Lo primero que se me venía a mi cabeza es que mamá me mataría al darse cuenta que me metí en estos problemas.

Tomaron a Loren y a mí para luego meternos en una celda. No dejaron encerradas.  Me acerqué a los barrotes, puse mi cabeza entre medio de ellos y podía sollozar: "no, no, no" Loren se levanta poniendo su mano en mi hombro para consolarme.

—Discúlpame, Nish, te juro que jamás hubiera querido meterte en problemas —su voz sonaba arrepentida.

Minutos más tarde llegaron los padres de Loren.

—Mi pequeña Loren, mi dulce hija. ¿Estás bien? ¿Te han tratado bien?

—Si papá, no ha pasado nada —respondió Loren despreocupada.

Yo estaba de espalda por lo qué sus padres no podían diferenciarme.

—Esta bien, ya hablaremos con el oficial para pagar tu fianza y poder sacarte de acá —respondió su mamá.

—Mamá, no estoy sola —señaló a mi dirección.

—¿Y ella quien es? —preguntó su papá.

Me volteé dándoles la cara apenada girándola un poco a la derecha, siempre que yo hacía algo mal no me gustaba ver a la gente de frente.

—¿Nisha? —dijo su mamá un poco sorprendida.

—No te preocupes, Loren, también pagaremos la fianza de Nisha —le decía su papá acariciando sus manos.

Después de todo algo tenía que saldar Loren.

Nos sacaron de la celda para luego subir al coche de los padres de Loren. Miré el reloj en la pantalla del coche mientras me llevaban a casa, eran las cinco de la mañana y temía que mamá estuviese despierta, tampoco había pensado que mentira decirle por si me miraba llegar; era pésima mintiendo.

En todo el camino no se habló nada, Loren iba dormida, recostada a la ventana y yo iba pensando en lo que había experimentado en el cementerio. Esa mano en mi boca, la silueta y la voz. Esa voz indiscutible era la de Max Stuart, ya eran demasiadas coincidencias con ese asunto.

El coche se detuvo, no me había percatado que habíamos llegado a mi casa por lo concentrada que estaba con lo de Max.

—Nisha, ya llegamos —se dirigió a mí el papa de Loren.

—Si... Gracias —respondí bajándome del coche.

Caminé hacia la puerta con el temor de que la señora Sullivan estuviera despierta, abrí minuciosamente la puerta, asomé mi cabeza, pero estaba todo en orden. Me quité los zapatos para no hacer ruido y comencé a caminar de puntillas hasta entrar a mi cuarto.

Uff... de la que me salvé, respiré aliviada quedándome dormida.

La misteriosa muerte de Max  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora