El holograma en el centro de la mesa cambió drásticamente, había pequeños puntos rojos que marcaban a las naves de la resistencia, mientras un punteado de un brillante dorado delineaba las posibles posiciones del enemigo.
Los ojos de la reina no se despegaban de aquellos dibujos, tan concentrada que la voz del hombre que explicaba en los gráficos era un lejano sonido como si las olas del mar lo estuviesen arrastrando.
A su lado podía sentir la presencia de su esposo, aquella falsa concentración no era más que una máscara para reprimir el impulso que nacía desde su corazón, hace algunas lunas hubiese contemplado el semblante del hombre con el que compartía su vida, como si fuesen cientos de galaxias arremolinándose en un techo, pero no más, porque el cuento de hadas que se había creado no estaba más que roto en su habitación, paginas empapadas de lágrimas y palabras sin sentido que eran como los ecos de su corazón roto.
Si seguía un día más aferrada a las páginas de una historia de amor fantasiosa, terminaría cavilando entre la sanidad y la locura, eso era Kylo Ren para ella, el atisbo de locura que podía respirarse desde el rincón más inhóspito del universo. Eran dos monstruos olfateándose a través de las estrellas.
—Esta es la posición de las naves de la resistencia, nuestros expertos han determinado que se aglomeran para un ataque— la voz del joven comandante de la misión la había sacado de sus pensamientos, además del sonido que la garganta de su esposo había emitido.
Fue la primera vez que se dignó a verlo durante el tiempo que había pasado de la reunión, respiró profundamente para volver a posar los ojos en la imagen.
—¿En cuánto tiempo? — preguntó con una voz calmada que combinaba a la perfección con su semblante.
Kylo la miró de reojo, la conocía lo suficiente como para saber que nadaba en los mares de su cabeza, que sus ojos estaban clavados en las imágenes, pero su mente estaba a miles de kilómetros de ellos.
Los miembros del concejo privado solo paseaban sus miradas del rostro de la reina hacia la del joven comandante, en silencio, sin emitir opinión a menos que alguno de los reyes lo pidiese.
El chico de cabello platinado y ojos tremendamente verdes se limpió las manos discretamente en la solapa que conformaba su uniforme, no esperaba que la reina hiciera una pregunta como esa, así que rápidamente desvió la mirada hacia uno de los miembros de su equipo.
Una joven de cabello largo y oscuro se levantó de uno de los asientos traseros para después hacer una reverencia, sus facciones eran finas, y su piel cobriza resaltaba en aquel uniforme con el emblema del planeta. Era una de las jefas de la división de estrategias y probabilidad en el equipo a cargo de dicha misión, según el General Supremo, era de las mejores al hacer un cálculo en batalla, acertando de tal manera que los emblemas en su solapa sobrepasaban los de alguien de su edad debido a cada victoria que la milicia de Derkstag-Essën había ganado gracias a ella.
—No podemos determinarlo Keumena Rövekzar, los tiempos en el espacio son casi imposibles de calcular— dijo con un tono de voz casi dulce.
Iahgnes asintió levemente para intercambiar una mirada con su tío Blodågk, el cual comprendió rápidamente lo que debía hacer.
—Es necesario avisar al General Hux...
—Yo coordinare el ataque— interrumpió Kylo al General Supremo, y de nuevo sentía los ojos de Iahgnes sobre él.
Detuvo la necesidad de volver el rostro hacia su esposa, estudiar lo que su mirada le decía, si habría miedo por el que estuviese al frente de la misión, si los recuerdos de la base Starkiller volverían a su mente cuando fue herido, si aún había un poco de amor por él, o la mera esperanza de éste.
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𝑨𝒍𝒍𝒊𝒂𝒏𝒄𝒆𝒔 & 𝑫𝒖𝒕𝒊𝒆𝒔 [ 𝐊𝐲𝐥𝐨 𝐑𝐞𝐧]
Fanfiction. ✦ ˚ · . · •. ✺ * ⊹ · . * * . . * . °· . · ✦ * · * . • · •. ✶ ˚ · . · ✦ ˚ · . · •. ✺ * ⊹ · . * * . . * . °· . · ✦ * · * . • · •. ✶ ˚ · . · . ...