Ha pasado dos días, desde que me desperté. Dos días completamente eternos. Estos han mejorado, y lo puedo notar por la gran ventana. He recorrido cada centímetro de la habitación, del aburrimiento inmenso que he tenido. Es algo antigua, y por donde que veas, hay una gran capa de polvo, como si hicieran meses de su última limpieza.
Darren solo entra para dejar la comida sobre la mesa de luz, para luego marcharse, sin siquiera mirarme por un segundos, y mucho menos, emitirme palabra alguna. Esto me está matando. Necesito salir de este lugar. Estar encerrada, como un perro, es algo tan insoportable. Siento como si estuviera perdiendo la noción de mi vida.
Siento la llave entrar en el cerrojo, y luego abrirse. Darren aparece, y puedo notar lo demacrado que se ve. Como si no hubiera dormido por días. Su cabello castaño, esta todo desarmado, y debajo de sus ojos, gran bolsas de color gris se presentan. Sus ojeras son tan profundas, que hacen que sus ojos pierdan la vitalidad que siempre llevan.
Al entrar, deja la bandeja del desayuno sobre la mesa, y se da media vuelta, con el propósito de marcharse.
-¡Darren! Espera.. Por favor.- me levanto de la cama, y lo tomó del brazo.
Este se da vuelta, y sus ojos se dirigen a mi agarre. Al notarlo, lo suelto rápidamente.
- Perdón.. Es que.. Solo quiero salir de esta maldita habitación. ¡Me tienes encerrada como un animal! Y ya no aguanto.- mi voz suena potente, con seguridad. Y mas que todo, con deseo de que se compadezca de mí.
Darren me examina con su mirada, desde abajo, hacia arriba. Hasta que se detiene en mi antebrazo, con sus pinchazos ya cicatrizados. Con mi mano, los tapo con rapidez.
- En el armario hay algo de ropa. Te espero abajo.- y al terminar de decir eso, sale.
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Salgo al pasillo, y me encuentro con un estrecho largo, de ambos lado. Las paredes de este, están repletas de cuadros viejos y deteriorados. Camino hasta la escalera, y me encuentro con ella, la cual es inmensa. Por lo visto, la casa es totalmente antigua.
Al terminar de bajar, me encuentro al hermoso joven, esperando al final de esta. Su ropa es desarreglada, como si estuviera en días malos. Gracias a la luz del salón, puedo apreciar una leve sombra en si rostro, barba. Lo cual, no es muy común de ver en él. Al acercarme lo suficiente, me toma del lo rostro con sus dos manos, y se acerca, tanto, que siento su aliento a menta de mañana.
- Ahora eres mía.- dice en susurro. Al escuchar eso, un escalofrío recorre por mis venas, y puedo sentir que llega hasta mis pestañas.
Piensa bien lo que harás. Te está ayudando con tu adicción. Te está ayudando a cambiar tu estilo de vida.. Pero no es excusa. No te enamores de él. No.
Sus ojos me regalan sinceridad. ¡Anna piensa! Tanta sinceridad, que ni siquiera lo dudo, y me lanzo sobre él, rodeándo su cuello con mis brazos, y atrayéndolo a mí, para que segundos después, mi boca esté sobre la suya. Al sentir la suavidad de sus labios, siento que mis pies ya no tocan el suelo. Lo se, cursi, pero es como un sueño. Mi boca se mueve con suavidad, y solo pasan segundos, hasta que Darren me corresponde el beso. Nuestros labios se recorren con deseo, ansiosos por conocerse. Algo ocurre, sus labios se detienen en seco, y es cuando doy un paso hacia atrás, avergonzada. Nunca en mi vida me habia sentido tan despreciada. Fue como si Darren hubiera entrado en razón sobre la chica a la cual estaba besando. Sentí rechazo de su parte, y eso ha echo que mi espíritu se rompiera en miles de putos pedazos, mejor llamado, decepción. Tengo que decirlo, fueron los malditos segundos, mas apreciados de mi vida.
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No soy una chica buena.
RomanceNO SOY UNA CHICA BUENA. Algo totalmente distinto. ¿No estas cansado/a de que todas las historias sean del típico chico malo que se enamora de la chica buena y virgen? ESTO ES DIFERENTE. Acompáñame con esta historia, con los rangos cambiados. Una his...