- Lo siento -

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Nuevamente me tienen en la misma celda que antes. Las preguntas y gritos que salen de mi parte, son totalmente ignorados. Mi necesidad de cerrar los ojos y dormirme para siempre, es algo que pienso constantemente.

Con dificultad, limpio el sudor de mi rostro. Se podría decir, que allí dentro, hacen unos 40 grados. Pero algo se me hace raro, estoy temblando.
¿Tengo miedo, o qué? Mi mente divaga, por todo lo sucedido hasta ahora. El proceso es rápido, y nuevamente, estoy aquí, en la maldita y calurosa celda apestosa.

Seguramente me he ganado el odio eterno de Darren. ¿Por qué fui tan idiota? ¿Por qué no aproveché al buen joven que intentaba ayudarme? ¿Por qué mierda no escuché a mi corazón? A todo esto, late.. Lo . Lo al mirarlo, y al necesitarlo, como en este momento.

Pasos firmes y fuertes me despiertan de la melancolía nunca vivida. Segundos después, un oficial de cabello rubio se presenta tras los barrotes de mi celda.

- Alguien quiere verte.- dice mientras saca su gran manojo de llaves, busca la misma de esta, y comienza a abrirla.

Salgo indecisa por el pasillo, con sus pasos pegados a mi. Puedo hasta sentir su respiración en mi nuca.

Cuando llegamos hasta la puerta dada, me hace entrar, y sentarme en unas de las sillas que yace en la pequeña sala blanca. Frente a esta, una mesa negra, y luego otra silla.

¿Así serán las visitas en la cárcel? Por dios. Tan estúpida seré, que no me he puesto a pensar realmente donde terminaré. Cárcel. A esto, lo puedo asociar con la depresión, maleantes, y el color marrón, no me pregunten por qué.

La puerta se abre, y Darren aparece por el marco, como si un ángel iluminara la pequeña sala.

Con su mirada baja, llega hasta la silla enfrentada a mi, y se sienta en esta.
El deseo de sus ojos recorre por mis venas como algo inexplicable. Le he echo tanto mal, cuando él me hizo el bien con su poco tiempo de estadía en mi vida.

- Lo siento.- mi voz, es un susurro lleno de dolor y arrepentimiento.

Cuando sus pestañas se levantan, y sus ojos se encuentran con los míos, puedo ver como se cierran con frustración. Con sus dos manos, refriega su cabello con fuerza, como si tratara de quedarse pelado.

- No lo hagas, esta eres tú. No sé en qué estaba pensando cuando creí que podía cambiarte.-

Dejo de respirar de inmediato al escuchar su voz fría.

- Darren, lo siento.- vuelvo a decir, esta vez mas alto.

En mi voz, esta vez, no hay ni una pizca de falsedad, al contrario. Nunca en mi vida he hablado con tanta sinceridad y súplica.
Cuando Darren abre sus ojos, estos se vuelven comprensibles, y llenos de sentimientos.

- Esta bien, Hasi.. Acepto tus disculpas.-

Una sonrisa de lado se presenta en su rostro, y no puedo evitar sonreírle débilmente.

- No estuvo bien lo que hice, lo sé. Nada en mi vida estuvo bien.. Solo tú.-

¿Ese fue mi corazón, no es así? Él hablo.

Darren estira su mano sobre la mesa, y tiende su palma hacia arriba. No dudo ni un segundo, y apoyo mi mano sobre la suya. Estas se aferran con deseo, y un escalofrío corre por mis entrañas.

-¿Puedo besarte, Hasi?-

Mi cabeza retumba, y ni hablar de mis hormonas. Asiento silenciosamente, mientras trago con muchísima dificultad.

Darren se levanta, y siento que ocurre en cámara lenta. Todo se detiene, y todo se vuelve borroso.

Al quedar a mi lado, toma mi mano con delicadeza, y me ayuda a levantarme. Mi mente pesa, y tengo que afirmar mis piernas para no caer sobre Darren.

Pega completamente su cuerpo con el mío, sin dejar espacio alguno que se interponga entre nosotros. Levanto mi vista, y recorro con mi vista, cada centímetro de su cuello, hasta su rostro, hasta su boca.

Mis ojos pasan de sus labios, a sus castaños ojos, para bajar nuevamente hasta esos carnosos labios.

Sus dos manos se apoyan a cada lado de mi rostro, y luego de soltar un pequeño suspiro, sus labios se pegan a los mios con suavidad. Con tanta suavidad, como si mi boca fuera de cristal.

Nuestras bocas se mueven con sincronización. Recorren cada centímetro uno del otro, mientras se acarician con sutileza. Mi deseo se agranda, y enrollo mis brazos por su cuello, para atraerlo más a mi. Lo incentivo, de tal manera, que mi boca comienza a moverse con mas fuerza y desesperación.

Siento su lengua en la entrada de mi cavidad bucal, y la abro levemente para que pudiera entrar.

Nuestras lenguas se rozan de manera sutil y tierno. Una de sus manos baja hasta mi cintura, y con una leve acaricia, baja un poco más, pasando la línea de su actitud, hasta mi trasero.

Su boca se separa de la mía, emitiendo un leve gruñido. Apoya su frente con la mía, haciéndome cosquillas con su cabello.

- Perdona.-

Su susurro es algo que no me espero, y que me toma con mucha sorpresa.

- No pidas perdón.- digo cerrando mis ojos, disfrutando de cada segundo.- Eres.. El primero que lo hace con..-

- Amor.-

Su voz gana con anticipación. Sus fornidos brazos me envuelven en un cálido abrazo.

- Te sacaré de todo esto. Lo juro.-

Si supieras que me lo merezco. Si supieras que disfruto tanto de tu timidez. Si supieras que amo tanto tanto tu inexperiencia con mujeres. Si supieras.. Que te amo tanto, pero que te merezco tan poco..

Si supieras, Darren.


Lectoras!! Holaa! Ya se ya se, tarde -.-
No he podido escribir, perdooon.

Bueno espero que les haya gustado.

Les agradecería un montón que votasen y comentasen!!
Un beso lleno de felicidad! Y gracias por leer :D

No soy una chica buena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora