- El juicio -

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Hace horas que estoy aquí dentro. Me han encerrado en una celda a parte, hasta que el juicio comience. Mis muñecas arden del dolor por las esposas, de tanto tirar de ellas, tratando de safarme.
Por mi parte, sigo sin poder pensar con claridad. Sigo sin entender lo sucedido.
¿En qué momento trafiqué drogas? Soy muy hipócrita al hacerme esa pregunta.
Me escapé de la casa de Darren. Es muy obvio ¿no? Supongo que mi nivel de cocaína y heroína era tan alto, que realmente no recuerdo ni siquiera un segundo de todo eso. ¿Habrán sido horas, o días enteros? ¿Cúanto tiempo pasó?.

Unos pasos me despiertan, y una figura policial se asoma, para comenzar a abrir la celda. Salgo, y una idea loca se me asoma en segundo. ¿Y si escapo? ¿Y si comienzo a correr? Pero que mierda está pasando conmigo, estoy en una comisaria.

Este me dirige por un gran pasillo gris, hasta una puerta de color negro. Antes de entrar, me toma del brazo, y me pega contra la pared. Comienza a examinar mi cuerpo tanteando cada parte de este. Cuando llega hasta mi entre pierna, antes de que pueda meter mano, lo empujo fuertemente con mi espalda, haciendo que su cabeza golpee contra la pared siguiente. Lo veo de reojo, y veo sus ojos prendidos fuego. Abre la puerta con un suspiro.

- Te veré en la cárcel, hermosa.- dice con voz repugnante.

Antes de entrar a la sala de juicio, me doy vuelta, y le escupo sobre el rostro, para luego entrar.
Una luz sofocante me deja ciega, hasta que mis ojos se acostumbran. En una gran parcela, un hombre de cabello blanco y traje, espera sentado.
Otro hombre armado me dirige hasta el asiento de enfrente.

Trato de ver a mi alrededor, y solo puedo ver como el gran lugar, está completamente vacío. Al echar un vistazo hacia atrás, al final, puedo ver a Julia con sus ojos rojos de tanto llorar, y a Darren sentado alado de ella.
Me atraganto con mi saliva, y trago en seco. Sus ojos me acusan, me transmiten odio, me critican.

Golpes secos y cortos hacen que me de vuelta, hacia el juez.

- Se da por comenzado el caso de la señorita.. Flicher. La cual ha estado sometida en tráfico ilegal..-

El gran hombre mayor, sigue con su discurso. El cual no llego a entender. Mis ojos se pasan por toda la sala, desesperada. ¡Sigo sin entender que mierda hago aquí! ¿Soy culpable o inocente?

- ..Los testigos de este caso ya han declarado en contra de la acusada.. Por lo tanto..-

¿Cómo?

- Espere ¿Qué?.- hablo sin comprender el momento en el cual todo comenzó.

El juez sigue, como si no me hubiera escuchado. Porque claro, lo mio solo fue un susurro en contra la gran sala blanca.

- ..Será sometida a 4 años de condena judicial, hasta previo juicio, que de hará el día..-

Todo se vuelve un sumbido. Mis ojos deba de ver con claridad. Mis oídos chillan tanto, que mi cabeza comienza a doler con fuerza.
Cierro mis ojos con fuerza, imaginando que esto solo es un puto sueño.
Pero al abrirlos, puedo ver que no.

Un figura corpulenta se acerca hasta mi, y toma mi brazo con fuerza, arrastrándome nuevamente hasta la gran puerta negra.

Estoy tan mareada, que camino con dificultad. Antes de salir por esa oscuridad, veo por última vez a esas dos personas que yacen al fondo de todo.
Julia esconde su rostro entre sus manos, y niega constantemente. Por otro lado, Darren, fija sus ojos con los míos, y puedo sentir como esa sensación que pude sentir la primera vez que me miró, se desvanece.

Ya no es lo mismo, ya no hay seguridad. Ahora estoy sola, como siempre lo estuve.

~*

Una mano sobre mi hombro me despierta. Al abrir mis ojos, me encuentro a Hector, el director de la casa para huérfanos.
Con una seña, me indica que lo siga, y eso hago.
Entramos a su oficina, y me siento en su gran sofá deteriorado.

- Anna, sucedió algo.. Muy malo.- dice con voz apagada.

Se acerca hasta , y se sienta a mi lado. Puedo ver como sufre al verme directo a mis ojos.

- Ester..-

Lo miro confusa, para luego cerrar mis ojos. Ni siquiera puedo mirarlo directamente. Su mirada está llena de dolor y preocupación. Y no entiendo porqué me estoy imaginando lo peor.

- Ella.. Murió.. de sobredosis.-

Mi rostro arde, mientras bajo mi mirada. Veo mis piernas temblando sin poder controlarlas. Mi cuerpo se enfría por completo.
Me levanto con pesadez y salgo tambalenadome de allí.
Siento como mi respiración se entre corta, y como el mundo se desvanece a mi alrededor. Mi corazón duele, como si le hubieran arrancado con violencia, una gran parte de él.

Fué mi culpa, ella murió por mi mierda.
Yo la lleve a eso, la dejé sola.. Yo la maté.

Maté a mi propia hermana.

~*

El recuerdo se desvanece, y se que estoy llorando descontrolada mente.
Me encuentro setada en el frío pasillo, sin poder seguir.

Me estoy matando a mi misma..
Como lo hice con mi propia hermana.

No soy una chica buena.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora