Cap.29 -Inicio

1.4K 164 23
                                    


Debe rescatar a su esposa

Muzan... Muzan...

Se levanta del diminuto banco, camina en círculos y sus manos se retuercen, largas telas, apenas cubriendo delicado cuerpo, se arrastran en suelo tosco, quiere arrancarse la larga cabellera azabache, libre y sin cuidado, otra vez siente mareos, ansiedad se desborda, cayendo cerca de una ventana mal hecha, sin borde de fina madera, ni gotas de oro, un único espacio de luz, lágrimas se forman en sus ojos cuando vuelve a recordar sin quererlo, obligada por su consciencia, posa mano en el vientre, apretando con furia, las uñas se clavan, cree que con ello, ese engendro morirá, desaparecerá

El estúpido de su hermano no la protegió como había prometido

La habían capturado

La habían mancillado

¡¡A ella!! ¡Esposa del más grande sultán! ¡Usada como vil juguete!

Esos desgraciados de afuera, le piden silencio entre gruñidos guturales e insultos obscenos, pero son amenazas vacías, ya que nadie se atreve a abrirle, porque puede embrujar con su belleza, asesinando por la espalda y bien se lo merecían, ver sus rostros retorcidos, manchados de espeso líquido carmín, suplicando, suplicando a la esposa del sultán, una mujer consagrada a él, solo a él, que con sus insípidas manos le arrebataron su lujo, su posición merecida, pide castigo a la maldita de Tamayo, quiere ver su cabeza colgada en la plaza de Quirem, cada miembro suyo, dárselo a los perros, sin descanso aún en la muerte

Y claro que sus deseos serán cumplidos, porque tiene completa devoción hacia su dios, a su querido esposo, que sabe... vendrá, la llevará de vuelta a palacio, su vida volverá a ser como antes, sus vestidos, sus joyas, sus sirvientes, todo... hasta más, ahora que no está Rei, ella se llevará toda la gloria, el pueblo podrá adorarla, sin comparación, sin excusas, su imperio crecerá y ella sería dueña de ello, será reconocida, todos sabrán su nombre así pasen milenios, sus sueños, sus futuros planes se destruyen de golpe, gira asustada hacia la puerta

Un golpe se escucha de la nada, pasos apresurados, el chocar de espadas y la puerta se derrumba, se levanta esperanzada, pero no reconoce la armadura de aquellos hombres, retrocede instintivamente, cubriéndose con pudor, no iba a permitir otro insulto a su cuerpo

Pero no se acercan

Se arrodillan ante ella

¿Cuanto tiempo a pasado? ¿Hace cuánto que no sentía ese placer de superioridad?

* Sultana Daki, Esposa de Muzan _ella asiente, orgullosa de aquel título, pues no había otro más digno, hombre ancho es quien le habla, rasgos endurecidos y poca gracia a sus ojos, ni una pizca de divinidad, no como su esposo desprende_ soy el gobernante de Ealayha, vengo a por usted, en ayuda al sultán

* ¿Ayuda? _queria noticias buenas, no malas e inconcebibles_

El hombre le dijo todo lo que sabía, luego de cambiarla en ropas más cómodas, no evito llorar de impotencia, pensando que su amado podría haber resultado herido, aunque debajo de sus mangas, renegaba por la vida del maldito campesino y los niños, otro obstáculo, se quejó en su mente, Muzan difícilmente dejaría de tenerlo como capricho, aún así, un punto bueno es que su amado querría tener hijos, la bastarda de Rei jamás podría gobernar, mucho menos un niño sacado de la basura, pero... ¿y lo que tiene ella? ¿que tal si Muzan la condena por adulterio? No, no, no, no, no, ya podía imaginarse un cien número de escenarios, sola en sucia celda, muerta en vista de todos, en vista de ese maldito que tomaría control, engreído por Muzan, imaginarlo le da arcadas, debía hacer algo urgente

* ¿Sultana?

* Pido su ayuda _ lo observa severamente, rostro trazado por húmedo camino de lágrimas, era todo o nada, dependía su vida en estas acciones que tomaría, se negaba a rendirse, ya había superado a Rei, podía superar a Muzan, a ese campesino, a todos, solo debe calmarse y cuando vuelva a abrir los ojos, tendrá todo en la palma de su mano_


🎑🎑🎑


Buitres carroñeros, se posan en las apenas reconocibles ciudades, ya han apagado el fuego y los ciudadanos ahora como  esclavos están siendo transportados, filas enteras de caballos, brillando con oro y joyas, esparciendo dulce olor de especias recién empaquetadas, rumbo a la capital, donde seguro ya se hicieron de su palacio, para recibir a la perra de Tamayo

Aprieta las riendas con fuerza, los cascos del caballo, haciendo un sonido seco, Tanjiro hace mucho se a quedado dormido junto a su pequeña princesa, Adib está en brazos de la hermana, lo suficientemente cerca, eso estaba bien...

* Llegaremos antes del anochecer _eso le había asegurado Kyojuro, aunque no lo creía por completo, tal vez antes de la medianoche, puesto que más adelante los caballos volverían a cansarse y perderían tiempo_

Quirem era un misterio, hasta para sus propios habitantes, un laberinto, donde solo él sabe cuál ruta tomar

Un territorio tan grande, siempre traería consecuencias, Muzan sabía desde que se sentó en el trono que ante todo, tenía primero que controlar a la población, hacerlos entender que nadie más que su propio nombre debía ser adorado, al igual que ninguna mujer sería más amada, ninguna madre más respetada que Rei y nunca perdieran la orientación de la devota religión del misericordioso Alá, acatando en poco tiempo esas normativas, sabedores que sino lo hacían por las buenas acciones de su dócil mujer, serían torturados bajo su severa mano

En resumidas palabras, tenía confianza en que conseguiría la victoria






Cerca

Tan cerca

Que debía ser ilusión y no la realidad










Ejército Zahratino iba en marcha para sacar de las recientes tierras, al solitario ejército perteneciente a Ealayha, luego de que hace unos días tomara una mediana ciudad en los límites de Quirem

Debido a la ventaja en número, quisieron formar una emboscada, desviando las tropas hacia los costados de la ciudad

Fue mientras tomaban posiciones, algunos soldados gritaron desde lejos, pidiendo armas, pues habían encontrado de manera sorpresiva a la familia imperial

Una persecución que pudo con la captura de los familiares del consorte, su consejero personal, dos familiares de los generales fallecidos

Kyojuro Rengoku resultó ileso, al igual que el consorte y el hijo de este, pero Muzan resultó herido en un corte del hombro derecho hasta el antebrazo y flecha en la pierna derecha, mientras la hija, sufrió una caída del caballo al momento de salir del territorio, muchos historiadores pudieron atribuirlo a la segunda esposa, quien intento asesinarla, pero no se hallaron pruebas que comprobarán la especulación












🎑🎑🎑

¡𝐃𝐎𝐍𝐂𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 𝐑𝐄𝐘!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora