¡𝐃𝐎𝐍𝐂𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 𝐑𝐄𝐘!

Cap.9 -Reencontrarnos

Todo era un verdadero ajetreo en las calles de la ciudad Alsadiq, los comerciantes ofreciendo a todo público sus productos, carretas llenas de productos, otros transportando sus animales, niños pequeños jugando en las esquinas, era lo habitual, entre tanta gente hasta te podías perder, pero para la hermosa Nezuko no le hacía mucho trabajo caminar entre esos senderos de gente, con su prenda llamada hiyab que cubría sus cabellos azabaches, dejando a la vista su agraciado rostro blanco y ojos rosados, teniendo en su brazo la cesta con unos cuantos productos de comida, tomando con su otra mano a Takeo

Ya ni siquiera era muy seguro que su madre salga o ella, pero si alguien no se arriesgaba iban a morir de hambre, ya que nunca faltaba los piropos de hombres de su misma edad o de hasta mucho más, algunos que tenían descaro de acercarse, pero siempre ella los esquivaba con astucia y rapidez, no quería ningún marido, solo deseaba cuidar de su familia, para cuando terminó de comprar la última verdura que daba la lista, sobrando dos monedas de las 10 había obtenido por la venta extra de los panes que su madre hacía

* Hermana ya nos vamos? _pregunto algo cansino el menor, prefería estar en el diminuto bosque cerca de su cabaña que estar rodeado de toda la gente, no era tan comunicativo tampoco_

* Si, ya compré todo _desperto de su pequeño trance, retornando a su casa_

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En paso constante los caballos andaban, Tanjiro miraba a su alrededor, los desiertos caminos le daban algo de escalofrío, antes había transitado bajo el fuerte sol, sin probar una sola gota de agua, más ahora estaba sentado cómodamente en un carruaje con su ayudante y generales imperiales resguardando lo, que irónico era todo esto, fue como un chico más, regresando a su ciudad ahora como un auténtico millonario con lujos y demás, a pesar que fue bajo un gran costo

* Estás nervioso Tanjiro?

* No más bien quiero estar feliz, sabes más o menos a qué hora estaremos?

* Antes de la medianoche sería lo más seguro, no llamaremos tampoco tanto la atención, solo pasaremos de largo y como dices que tú casa está algo alejada, eso ayudará

* Pero vamos con un carruaje lujoso y dos generales imperiales reconocidos...

* Mientras estén cubiertos así no debe de temer, el consejero dijo claramente de no llamar la atención _queriendo remedar la voz, señalando los apuntes que tenía_

* Entonces mejor! Podré ver a mi madre y hermanos de nueva cuenta! _sonrio dulcemente, juntando sus manos con emoción_

* (Si haci es Tanjiro, no me imagino cómo será su familia...) _penso con ilusión el rubio, sonriendo y volviendo a escribir, escuchando como Tanjiro decía lo que prepararía para ellos_

Entre tanto camino, ambos generales solo charlaban sobre trivialidades para no hacer tan callado el viaje, ambos se llevaban bien, de todas maneras Rengoku era como un hermano mayor para Kanroji, el la había entrenado por mandato del consejero, al darle una oportunidad a una mujer

Mitsuri Kanroji, solo era una mujer común y corriente, que como la mayoría de pensamiento en su época, deseaba casarse, tener sus hijos, en resumen formar su propia familia, lamentablemente esto no se pudo debido pues a sus "raros rasgos" sus cabellos de rosado y puntas verdes, su enorme apetito, la fuerza que algunas veces no podía manejar bien, sus padres que eran de clase media, se dieron, tratando de ayudar a su linda hija, pero esfuerzos se les agotaron al no haber pretendiente alguno, por último les quedó de mandar a la chica a un santuario para que sea una sacerdotisa, pero solo fue más juzgada que otra cosa, ya cuando la iban a botar, el consejero y su esposa que  habían ido para ver cómo estaba siendo educada su primogénita, dando con la sorpresa de ese caso y en un acto de amabilidad la llevaron ante el sultán, suplicándole una oportunidad, este se lo concedió más por aburrimiento que por gratitud, haciéndola la general que era ahora, pero con una gran condición, abandonar para siempre ser mujer