•* ¿Todas las flores, Makomo?
* Uhm... Si, todas... Hay que decorar de buena manera los templos, para que nuestro señor Alá pueda bendecir a nuestro sultán _dijo tranquila, colocándose una pequeña corona de margaritas, siendo observada por unas cuantas sirvientas y más atrás unos cuantos hombres que las resguardaban, que se quedaron embelesados por la hermosa mujer, que los miro con un dulce sonrisa_
* Ugh~ que cólera
* Tienes razón, ¿quien no quisiera a una pequeña tan frágil como mujer?
* Al demonio con el señor Sabito, mira que ser tan egoísta de agarrarse a una lindura para sí
* Que no daría para que se escapara conmigo, la haría hasta más feliz
* Ya basta de tonterías, te comparas con alguien de buena familia, siendo tu un mísero soldado, dejen las mañas de hablar como viejas chismosas, estamos aquí para resguardar el bienestar de la mujer del gobernador, estos terrenos son plena frontera con otro imperio
* Ahhh ya ni halagar a la pequeña Makomo, dejas...
Mientras esos soldados se peleaban, no caían en cuánta cuan cierto sería las advertencias del mayor, entre arbustos alejados ojos como cazadores miraban a las presas y tensando arcos, entonces un silbido cayendo justo una puntiaguda punta en frente de una de las sirvientas era señal suficiente para alarmarse, los caballos se alteraron, los trataban de emboscar
* ¡Enemigos en frente!
Una lluvia de flechas siguió, los trotes a la lejanía, cascos de caballos con tintineo de armaduras, una ráfaga de polvo envolvía la vista, Makomo abrió sus ojos turquesas aterrada, giro rápidamente tratando de hacer reaccionar a las demás de ir con los guardias que tenían escudos para repeler las flechas, pero fue tarde, sollozando por una disculpa, se puso detrás de una sirvienta, recibiendo en un grito de dolor todas las flechas, con chorros de sangre manchando los ropajes de la pelinegra, que aguardo un grito lleno de dolor, había asesinado a su propia sirvienta para salvarse ella, la aparto y fue corriendo antes de otra ola, siendo tomada por uno de los guardias, que la tomo en brazos y aceleró el correr de su caballo para llegar a la muralla, mientras que los otros se quedaron como un cruel sacrificó, para dejar camino libre para no lastimar a la única sobreviviente
* ¡Ya no llore Makomo! Llegaremos a la muralla, porfavor no se suelte _ le reclamaba el soldado, a la mujer que no dejaba de llorar, justo bandidos se les ocurría asaltar en el cumpleaños del sultán, o hasta en el peor de los casos, otro imperio quería alzarse, suplicaba a Alá su perdón y castigo hacia esos asesinos que querían invadir tierras santificadas por el sultán, que protegía con recelo a cualquier extranjero_
* ¡Ahhhhh!
Tan sumergida estaba que su panorama cambio casi por arte de magia, tenía a esos invasores cerca de ella, había arrastrado al soldado matándolo por la brutalidad de ser aplastado con esos caballos, para después herir al animal que la transportaba, cayendo todo su rostro al suelo, alzó su mirada, viendo que un pequeño grupo se desprendió e iba con todo a la muralla que ya se veía a los arqueros disparar
* _la toma del brazo_ Agh~ ya se hecho a perder, ya se le fue toda esa belleza, siquiera un poco más hubieras vivido _asqueado uno de los hombres la volvió a tirar_ sigan adelante, derriben puerta!
* S...Sab...Sabito... _sollozo, ya sin poder mantener la mirada en un punto fijo, hasta que su corazón se detuvo y su último movimiento de sus delicados dedos se quedó inmóvil, tirada como si no fuera nada falleció, tiñiendo de rojo el día sagrado hacia el sultán, con su muerte_
•
* Llegas tarde, pero que desobediente y rebelde te estás volviendo, chiquillo asqueroso, seguramente quieres que tu familia lo pague ¿no? Jajajajaja _acompoñada por sus propias sirvientas cercanas, Daki se burló del pelirrojo, subiendo las escaleras de la parte superior del salón donde se ordenaba a las mujeres de alto estatus admirar ahí los espectáculos para no opacar la autoridad que es el sultán_ tal vez te den tus buenas golpizas por tu imprudencia jajajaja, ya quisiera verlo... _fue lo último que dijo, para que las demás sirvientas cerraran las cortinas con una sonrisa igual de hipócrita_
* No se de qué le sirve odiarme _algo decaído fue a ver al sultán como se le pidió, acompañado de Kyojuro que a lo dicho por el real consorte solo negó_
* Aquí opiniones de esa manera no son más que vacías, el sultán lo ama mucho _su radiante sonrisa ánimo al joven, que risueño lo abrazo y apresuró el paso, sacando un inconsciente suspiro al pobre general_
* Espero me perdone...
* Te estás volviendo rebelde, ¿no pequeño sol mío? Tu solamente sabes cómo sacarme de contexto _tomandolo de sus cabellos, sin mucha fuerza, sonriendo macabramente, dándole peor terror al pelirrojo que aún no se acostumbraba a esa actitud de su esposo_ Rengoku, anda llévalo al palco, ya después me desquitare contigo _besando sus labios con hambruna, dejando sin aire y con un tenue sonrojo, se separó de SU consorte, dando seña para que se retirarán_
* ¡Perdón general Kyojuro!
* ¿Ah? No se preocupe... (Ya estoy acostumbrado a ver a mi sultán besar a cuan amante tenga) _sonrio disimulando su pena ajena, así era su sultán que podía hacer_
🎑🎑🎑
A falta de sus compañeros, Tanjiro se le tuvo que otorgar la compañía de los generales, Rui, Kyojuro y Muichiro, fueron ofrecidos, parados más atrás como protectores del consorte, para que los demás invitados de alta sociedad vieran lo importante que se le consideraba aún siendo el último de los matrimonios, entonces la melodía suena y a escena los bailarines hacen presencia (multimedia, una canción que fue algo para inspirarme en este fanfic tan querido por ustedes ^_^) muchos dirían que eran una presentación cualquiera, pero cuando se ve a la protagonista, todos tratan de aguardar silencio, Tanjiro se queda sorprendido, ¡era la sultana Rei!
Quiso preguntar a uno de los generales la razón de que la sultana quiera bailar con esas personas, que muchas veces escucho horribles cosas de Daki, pero termino más cautivado como empezó a cantar la primera esposa, se movía y se desplazaba con auténtica gracia, podía ver una sonrisa de satisfacción de Muzan y un gesto desagradable de Daki que ya parecía querer romper algo que tenía en manos, cuando terminó su acto, todos sin excepción la ovacionaron por buen tiempo, tanto que Muzan tuvo que pedirles que era suficiente
* E-ese... Ese era su regalo al sultán verdad? _sonrio avergonzado, aún le faltaba aprender para poder ser un buen consorte, aunque a palabras de Muzan que se encargará del banquete y estuviera a su lado fue un mejor regalo, que algo material o gráfico_
* Ella bailo lo mismo cuando se conocieron
* ¿Enserio, general Rui?
* ??? Yo tampoco estaba enterado
* Eres nuevo Muichiro aún, pero Rui tiene razón, cuando se buscaba esposa al sultán, la sultana se presentó con el mismo baile, sin duda a pesar de los años sigue siendo muy buena
*¿Será eso, o que siempre paras distraído? _pregunto sarcásticamente el albino, sabiendo que le respondería mas o menos_
* Ambas tal vez...
Río con algo de alegría, aún sin dejar de pensar en Zenitsu o Inosuke, mirando abajo y dándose cuenta que en donde estaban los generales, Kaigaku y Kokushibo estaban, aunque el primero estaba más cubierto su cuello, mirando cabizbajo, pensando que de seguro Kokushibo le habría castigado golpeándolo, lo que le hacía sentir culpable, pues debió haber ido con anticipación, al llamado de Muzan y así seguramente Inosuke no se hubiera alterado de esa forma
* Esa maldita... ¡Siempre aprovechándose de todo! _apreto sus dientes, viendo como su amado sultán felicitaba a la mujer_ ya verán, esa y el chiquillo _fijando su vista furiosa al pelirrojo, que estaba hablando con los generales_ yo habré de ser la única, todo saldrá bien, solo me queda paciencia _susurro viendo a sus sirvientas que asintieron, dándole seguridad a Daki_
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¡𝐃𝐎𝐍𝐂𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 𝐑𝐄𝐘!
Fanfiction¿Sería un capricho? ¿Una curiosidad? Sea como fuere quería agregar más amoríos a su lista y un doncel que pudiera tener una belleza similar a la de una mujer, suena bastante apetecible. 🎑 Esta prohibido, es propiedad del sultán...