Cap.7 -Finales del Festejo

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Malja, ciudad de refugiados

Quien diría que una de las ciudades más encantadoras del imperio Quirem, se encontraría las peores prisiones de todas, bajo un mismo cementerio, se encontraban las tenebrosas y lúgubres catacumbas, hechas para los esclavos de conquistas o delicuentes de las calles, apenas eran un espacio tan pequeño que apenas podías echarte a descansar en la sucia tierra, las paredes de piedras mal pulidas y unos barrotes de metal que impedían la huida, casi no recibían más que un minúsculo trago de agua y una pequeña porción de pan, casi como una migaja, en las más profundas, se encontraba un joven, que se mantenía echado en posición fetal, abrazando sus piernas, mientras que finas rayas de rojo carmesí se secaban en su blanca piel, tenía múltiples cortes y tierra por todos lados, sus cabellos azabaches con puntas azules estaban despeinados, apretaba en sus puños la cólera misma, por lo que había pasado anteriormente

* Los maldigo... Maldigo a este horrible imperio _escupio furioso, mientras abría sus verdosos ojos como las plantas más hermosas que pudo apreciar en sus tierras natales_

Inosuke Hashibira hace poco había tomado el poder como líder de su pequeña aldea de 20 escasas personas contando lo a él, hijo de las tierras salvajes, se crió en un seno de amigos y madre que tanto lo quería, su padre los había abandonado sin más, buscando un lugar mejor y con protección, ya que ellos eran independientes de cualquier otro reino en los que estaban rodeados, eran fieros los hombres, tiernas y muy bellas las mujeres, vivían de las fértiles tierras que con mucho cariño cuidaban, pero todo se vino abajo ante la inminente llegada de dos expertos soldados con su gran ejército cada uno, que arrasaron con todo, matando a todos los que se atravesaban en su camino, secuestrando de paso algunas inocentes mujeres que solo optaron por el suicidio que ser deshonradas ante los enemigos, esos verdes había logrado ver tal masacre, también viendo como ese majestuoso caballo pisaba sin piedad o su indefensa madre quien murió instantáneamente, rogando en su voz que huyera como último aliento

* _levantandose de a poco_ Malditos!!! Me pagarán todo lo que le hicieron a mi familia!!! _grito con todas sus fuerzas, cristalizando sus ojos_ lo pagarán ya verán!!!

Los guardias vigilantes solo se burlaron, llamando la atención de los demás prisioneros que solo miraban con pena al muchacho y decían lo inocente que llegaba a ser, pues estando en esta prisión si tenía suerte no lo matarían y sería un objeto de otras personas

* Rían!!! Si rían!!! Esa misma risa haré cuando los mate, mate todo este pueblo!!!

No todos gozaron de la fiesta del sultán, no todos reían ni cantaban, algunos sollozaban y sufrían por su vida, en la capital natal de Tanjiro, la familia Kamado ni siquiera se molestaron en salir a la plaza

* Porque no podemos salir a festejar, hermana?

* Lamento eso Hanako, pero sabes que no podemos salir así como asi, es muy riesgoso salir, más si la gente sabe que nuestro hermano mayor no está _dijo comprensiva la Kamado mayor, mientras peinaba el corto cabello de su hermana, a la luz de la hermosa luna, colándose por la minúscula ventana de la habitación

* Ugh-! Como odio ser pequeño! _se quejo otra voz, la mayor volteo y vio a su hermano Takeo, cruzado de brazos y con el ceño fruncido_ si tan sólo fuera más grande, así podría apoyar a mi hermano Tanjiro y poder al menos hacer que se diviertan! _frustrado se sentó al lado de Hanako, que solo lo miro con tristeza al recordar a su adorado hermano mayor_

* No digas eso Takeo... _respondio tiernamente la joven, acercándose para darle un lindo beso en su frente, para después acariciar su cabello_ vamos a subir el ánimo, que tal si vamos con mamá para ver si hay para hacer unos ricos dulces y compartir en familia

¡𝐃𝐎𝐍𝐂𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎 𝐑𝐄𝐘!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora